Hoy hace 70 años (25 de abril de 1950) que el tetracampeón de Europa del peso gallo, el catalán Luis Romero, realizaba la primera defensa del título que ganó el 10 de agosto de 1949 en la Plaza de Toros Munumental de Barcelona ante 30.000 personas, arrebatando el cinturón al italiano Guido Ferracin por KO en el séptimo asalto.
La primera defensa se desarrolló en el Harringay Arena de Londres, recinto deportivo de la época, que fue dedicado a otras actividades ocho años después. Quince mil personas acudieron a animar al ídolo local, una de las grandes esperanzas británicas del momento, el londinense Danny O’Sullivan.
Romero había declarado que iba a ganar como fuera, pero el combate fue muy duro, a cara de perro, ante un rival muy rocoso, que cambió golpe por golpe a pesar de caer a la lona en más de diez ocasiones. Decían las crónicas que la emoción enmudeció a los espectadores y Romero dio una lección de boxeo, coraje y valentía. Romero había caído en el primer round, pero consiguió ir derribando paulatinamente a su adversario, que se levantaba y volvía al trabajo como si nada. En el decimotercer asalto O’Sullivan ya no pudo incorporarse.
Romero mantuvo el título dos veces más hasta septiembre de 1951, cuando lo perdió ante el imbatido escocés Peter Keenan. Pero dos meses después tendría su única oportunidad mundial en Johanesburgo (Sudáfrica) ante el local también invicto Vic Toweel, perdiendo por puntos.
Uno de los grandes de nuestro pugilismo, Luis Romero, nuestro segundo campeón europeo gallo, tras el también catalán Carlos Flix, que logró dos cinturones en 1929 y 1930. Después lo conseguirían Mimoun Ben Ali (4), Bob Allotey (1), Agustín Senín (3) y Juan Francisco Rodríguez (3), nuestro último campeón europeo gallo en 1980.