Daniel Pi
@BastionBoxeo

Tras el enfrentamiento del pasado sábado ante Otto Wallin, el británico Tyson Fury fue llevado urgentemente al Centro Médico Universitario del Sur de Nevada, donde fue atendido por un cirujano plástico que le puso ni más ni menos que 50 grapas para cerrarle la herida, cifra brutal para un corte terrorífico que seguro hubiese necesitado menor cantidad de haberse detenido el enfrentamiento en el tercer asalto.

Fury afirmó de la intervención del cirujano: “Estoy fantástico. Hicieron un trabajo fantástico en ello. 50 grapas me han puesto”.

Debido a que la herida es tan grave, existen dudas sobre si llegará a tiempo para la fecha del 22 de febrero que tiene programada para su revancha ante Wilder, ya que necesitará bastante tiempo de inactividad antes de que el corte esté curado completamente y pueda encarar de nuevo sesiones de sparring. Y es que, si bien la brecha podría quedar cerrada en un plazo no muy largo, tendrá que esperar bastante antes de poder recibir impactos, ya que un nuevo puño en la zona (en la que los púgiles encajan golpes muchas veces) recibido entrenando podría reabrirle la brecha y obligarle a comenzar de nuevo, agravada, la recuperación.

Aunque la cara de sus promotores Frank Warren y Bob Arum era un poema tras la pelea, ambos quisieron quitarle brasa a lo sucedido, insistiendo el presidente de Top Rank en que no habrá problema para alcanzar la fecha del 22 de febrero:

Es septiembre, así que incluso si le das dos meses para que se cure y no hacer sparring, tendrá mucho tiempo para prepararse para febrero. Con suerte matará el plan de Frank Warren. Frank quería darle otra pelea en diciembre”.

Por su parte, Warren indicó:

El doctor dijo que aunque era un muy, muy mal corte, era un corte limpio. Así que no necesitará microcirujía dentro y todo eso. Él dijo que se cerraría bien, así que cruzaremos los dedos para que lleve razón”.

Sin embargo, Warren declaró que existía la posibilidad de que si no se curase bien tuviesen que tomar nuevas medidas que llevarían a mover todo el calendario de 2020 programado para Fury.

En cualquier caso, el optimismo de los promotores del púgil británico no es compartido por su padre John Fury, que estalló contra el equipo de su hijo después de lo acontecido, que considera que podría tener consecuencias nefastas: “una lesión como esa puede poner fin a una carrera”, afirmó, haciendo referencia a los casos en que un púgil, tras sufrir una brecha grave, la ha visto reabrirse combate tras combate forzándole a finalizar su trayectoria activa.

De todos modos, el enfado de John Fury no se detuvo ahí, sino que continuó hablando sobre la actuación de su hijo:

Es la peor actuación que he visto de Tyson. Estoy orgulloso de cómo lidio con ello, pero tiene que ser honesto y decir que las cosas no están bien. Para un hombre estar en esa condición después de ocho semanas de campamento… parecía que no le quedaba nada después del segundo round. Su fuerza y su poder se desvanecieron esta noche, estaba tan débil como un gatito desde el primer asalto con 114 kg, le he avisado y le he avisado. Él es un luchador de 120 kg. Si yo tuviese poder para tomar decisiones, todo su equipo se largaría. Si mantienen a ese equipo ese será el fin de su carrera. No había estallido en sus golpes, perdió su estado de forma, su potencia no estaba, sus pies se juntaban: fue un esfuerzo desordenado. Su voluntad de ganar no tiene precedentes, pero lo hizo difícil desde el principio. ¿Cómo un hombre como Otto Wallin, con limitada habilidad, llega tan cerca con un jab perforante?”.