Darío Pérez
@Ringsider2020

Tras tantas cancelaciones, aplazamientos y demás interrupciones, López (16-1, 12 KO) y Kambosos (20-0, 10 KO) se midieron en el Madison de Nueva York con los cinturones del primero, IBF, WBA y WBO del peso ligero, en juego.

López salió con una agresividad exacerbada, sin dudar a la hora de ir hacia delante en busca del rostro de su rival, pero se encontró con una mano en contra en el final del primer asalto que le lanzó a la lona. Fue un croché de derecha, en singular, que derribó a un campeón que sobrevivió en el segundo round con oficio, pese a su juventud.

Los siguientes asaltos fueron de consolidación; el neoyorquino buscaba al oceánico con más prisa que nunca tras la caída inicial, mientras que Kambosos se protegía con habilidad de las ofensivas de un López que se intentaba imponer en la teórica mitad de lo pautado. De todos modos, no era suficiente para el poseedor de las fajas mundiales el mantener la acción igualada a la entrada de la tercera fase de la pelea, ya que el noveno asalto presentaba a un pletórico, confiado y metódico Kambosos Jr. maniatando a Teófimo López.

El público disfrutó enormemente con estos rounds tremendamente activos y peligrosos, en los que nadie sabía si uno, si otro, si los dos o si ninguno caería a conversar con una tarima que parecía que era cuestión de tiempo albergar a alguien. El décimo asalto dio con los huesos del austral en el suelo, cayendo tras experimentar la dureza del hondureño, enseñando una dureza impresionante y pocas veces vista en este mundo tan granítico como es el boxeo. En el undécimo capítulo, el libro se acababa, pero un Teófimo pleno de hemorragias en su rostro no entendía de unas manos que eran contrarrestadas por un bravísimo Kambosos que finalizó los doce asaltos mejor que el neoyorquino. Los jueces, decisivos, anunciaron puntuaciones de 115-111 para Kambosos, 114-113 para López y 115-112 para Kambosos.

Gran sorpresa para Kambosos ante un mal perdedor López, que consideró que él había ganado claramente.