Daniel Areces
@DArecesGlez

La presente temporada para Sandor Martin pondrá punto y final el próximo 18 de Julio en Ordizia (Guipúzcoa), donde sumará su combate nº 21 como boxeador profesional. Con esta información, podría tratarse del historial de cualquier boxeador, pero si añadimos que en los veinte combates que lleva disputados, diecinueve son victorias, con dos títulos de España y el título internacional sancionado por la WBO, deja ya de ser un historial cualquiera. Pero el dato que da más rigor a ese palmarés, es que Sandor Martin cuenta con tan sólo 20 años de edad. Ante él, rivales de la talla de Antonio Joao Bento, Juan Zapata, Santos Medrano, Daniel Rasilla, Alexandre Lepelley, Nacho Mendoza y su último combate, ante Mikheil Avakyani.
Un boxeador con esas características, en Inglaterra o en Alemania, por no salirnos de Europa, sería tratado con el mimo necesario para que cuando llegase el momento oportuno, propulsarle hacia el objetivo madre, el campeonato del mundo. En España, por falta de apoyos económicos, ese objetivo se tiene que conseguir a base de jugársela a una carta y en terreno hostil. Eso poca solución tiene, o tal vez la tenga, pero no la queremos ver.

Aquí en España, se tiene la mala costumbre de desear el fracaso antes que dar una bocanada de aire fresco. Poco a poco, la tendencia va siendo favorable, pero no podemos pretender situar al boxeo en lo alto de la cúspide como se encontraba en la época de Legrá, Carrasco, Urtain, Durán, Perico y un largo etcétera, si no somos capaces de valorar lo que tenemos en casa. Y como el caso de Sandor Martin, situado como punta de lanza por su temprana edad, nos encontramos otros tantos más ejemplos como Sergio García, Nicolás González, Kerman Lejarraga, Ferino V, entre otros, que cuentan con una edad y una proyección que obligan al aficionado a soñar con los objetivos más ambiciosos. Con esa bocanada de aire fresco que puede brindar el aficionado, traducida en apoyar y disfrutar de los éxitos de los nuestros tanto en las cada vez más presentes redes sociales y por encima de todo, asistiendo a las veladas, los objetivos se conseguirán y los grandes apoyos, incluidas las televisiones, llegarán.