José Manuel Moreno
@josemorenoco
El cubano Rances Barthelemy (21-0, 12 KO) derrotó al argentino Fernando Saucedo (52-6-3, 8 KO) por decisión unánime en combate celebrado en Mashantucket, Connecticut (EEUU) y retuvo su título mundial del peso superpluma de la IBF. Barthelemy es un longilíneo pugilista de 1,80 metros, una envergadura de 182 centímetros, de 28 años, y que boxea como casi todas las estrellas cubanas, como los propios ángeles. Un prodigio de destreza, de técnica y habilidad. Un triple y vergonzoso para el «Vasco» 120-108 define perfectamente lo que fue el combate, un monólogo del caribeño al que solo le faltó más punch para acabar con su rival antes del límite. Saucedo ya tuvo bastante con llegar «vivo» hasta el final, demostrando orgullo y bravura. Era su segunda oportunidad de corona mundial, después de la que tuvo ante el ya retirado Chris John en diciembre de 2010. Pero la diferencia fue sideral. La que hay entre una futura estrella de este deporte y un boxeador digno, orgulloso pero que no puede competir con los mejores. Barthelemy está ya en la élite, y desde luego, se antoja como uno de los más difíciles rivales para el rey de la división, Mikey García (34-0, 28 KO).