José Manuel Moreno
@josemorenoco

Cuando ya creíamos haberlo visto todo en el proceloso mundo del boxeo, ahora llega el «Más Difícil Todavía». Hace años que los aficionados estamos abogando por la unificación de coronas, para el fin último de que haya un solo campeón del mundo en cada una de las 17 divisiones existentes. Hasta los hermanos Mendoza, padre e hijo, presidente y vicepresidente de la veterana WBA lo han expresado esta semana en Marca. Pues bien, ahora resulta que el combate del próximo 17 de abril entre el campeón WBC-WBA del peso superligero Danny García y el campeón de la IBF Lamont Peterson no va a servir para casi unificar esta división importante del superligero, plagada de estrellas. No, el mánager de ambos, el todopoderoso emergente Al Haymon, ha conseguido, consentido o permitido, no sabemos exactamente, que esta gran pelea a priori sirva para tal cometido. En su lugar, el combate se ha pactado en 66,224 kg, es decir, casi en el peso de la división wélter. Es más, han pactado antes el peso que el escenario del combate. Ver para creer. ¿Quién gana con esto? Lo seguro es que perdemos los aficionados y el aprecio por el rigor del noble arte de las dieciséis cuerdas.