Hoy seguimos con la nueva sección de vídeos, dirigida por Alfonso Feal, en la que encontramos grandes peleas de todos los tiempos para que los aficionados puedan disfrutar todos los fines de semana en Espabox. También los lectores pueden dejar sus comentarios abajo de esta página y compartir sus impresiones con los demás aficionados.
Hoy tenemos otro combate histórico, pero antes hay que leer la interesante previa:
El 9 febrero de 1974 París se había vestido de fiesta. El argentino Carlos Monzón, campeón mundial del peso medio WBC y WBA, le daba la oportunidad al cubano residente en México José Mantequilla Nápoles, once veces campeón mundial wélter del WBC y WBA, que subía de peso para la ocasión, aunque pesó tres kilos menos que el campeón argentino. Era la novena defensa del argentino, que había ganado los dos títulos ante Nino Benvenuti en Roma, en 1970.
La promoción había corrido por cuenta de una estrella del cine mundial: Alain Delon.
El lugar elegido fue una carpa en la zona de Ville-de-Puteaux, en las afueras de París, con capacidad para doce mil espectadores.
Después de todo, así como el argentino ya era un ídolo en París, los franceses se entusiasmaron con el colorido que le ofrecía Mantequilla Nápoles.
«La pelea para mí era una cuestión personal», confesó Monzón en su autobiografía «Mi verdadera vida», porque me habían dicho que no quería enfrentarme a Nápoles, así que más allá de la bolsa de 250 mil dólares, me había propuesto romperle la cara».
Ángelo Dundee, contratado especialmente para atender a Nápoles por su gran fragilidad para sufrir cortes, le agregó picante a las conferencias de prensa, afirmando que el argentino era «un campeón de papel».
El combate fue organizado para diciembre de 1973, pero una angina muy fuerte lo obligó a Monzón a pedir un aplazamiento. Así se llegó a la fecha del 9 de febrero de 1974.
CURIOSIDADES:
El show comenzó con mucha música. Mariachi para Mantequilla Nápoles. Para la subida al ring del argentino, Alain Delon buscó un tema que fuera grande, impactante, y eligió «Silencio», un tango, interpretado por Carlos Gardel.
De aquella noche parisina, quedó el recuerdo de dos grandes boxeadores. Y también una pieza literaria de Julio Cortázar, amante del boxeo. Generó un cuento policial enhebrado con una muy buena descripción de esa pelea. El cuento se llamó «La noche de Mantequilla.»