Daniel Pi
@BastionBoxeo
Actualmente el peso superwélter es una de las divisiones con mayor cantidad de boxeadores estadounidenses destacados, que componen gran parte de la élite de esta categoría. Por ello, teniendo un potencial tan grande para extraer a una figura icónica y para ofrecer notables encuentros, los aficionados y críticos de dicho país no comprenden cómo todavía no se ha materializado ninguna unificación de coronas en tanto tiempo, menos aún teniendo en cuenta que los problemas por contratos televisivos no son en este caso cruciales.
Quizás esto empiece a cambiar después de la velada que se organizará este sábado en el Barclays Center de Nueva York (Estados Unidos), en la que tres de los cuatro cinturones mundiales del peso superwélter se pondrán en juego en peleas separadas que parecen ser la antesala de próximos choques entre monarcas. Así, con enfrentamientos entre promesas y estrellas de la división televisados por Showtime, se empezará a clarificar quién es quién en los 69,9 kg de cara a un 2018 en que se podría certificar a un indiscutible número 1.
Hurd buscará tomar el relevo de Trout
El enfrentamiento que abrirá la velada televisada será el campeonato mundial IBF del peso superwélter entre el monarca Jarrett Hurd (20-0, 14 KO) y el excampeón Austin Trout (30-3, 17 KO), cruce entre una figura emergente y otra consolidada que supondrá un punto de inflexión para ambos, puesto que el primero quiere demostrar, con un nocaut en el mayor combate de su trayectoria, que es capaz de aspirar a la hegemonía en la división, mientras que el segundo sabe que podría dejar su carrera en una posición comprometida de perder o relanzarla de ganar a un púgil en estelar ascenso.
Apartado de los rings durante diecisiete meses desde su ajustada derrota ante Jermall Charlo, Trout no será favorito a pesar de contar con un recorrido como profesional enteramente superior al de su oponente. Aun así, no estará muy lejos de su rival en las apuestas, ya que, sumado a las buenas actuaciones de Trout ante contrincantes del máximo relieve, Hurd no cumplió con las expectativas de muchos en su última subida al ring, cediendo muchos asaltos ante Tony Harrison y evidenciando los puntos débiles en su boxeo.
Tomando a este púgil como ejemplo, Trout afirma que sabe perfectamente cómo actuar para neutralizar a Hurd, por lo que es probable que, como hizo también contra Charlo, se desplace constantemente para tratar de conectar buenos directos enlazados y contragolpes curvos que, ayudados por su astucia, desdibujen al monarca. De todos modos, si bien Hurd no tuvo ante Harrison el mejor corte de ring ni presionó de la forma más efectiva, es un boxeador muy potente, metódico en su castigo y con una amplia gama de recursos ofensivos que contará además con una gran ventaja en fortaleza física, en altura y en envergadura, por lo que Trout debería tener notables dificultades para imponer firmemente su estrategia y, sobre todo si la falta de rodaje le pasa factura, durante la segunda mitad de la pugna debería verse hostigado por el superior ritmo y resistencia de “Swift”, que perfectamente podrían otorgarle la victoria e incluso hacer pasar por serios apuros al aspirante.
Charlo vs. Lubin, el futuro de la categoría
“¿Cómo este chaval ha conseguido una oportunidad para enfrentarse a alguien como yo?”, estas y muchas frases más bruscas pudieron escucharse de boca del campeón WBC del peso superwélter Jermell Charlo (29-0, 14 KO) en conferencia de prensa, declaraciones en las que no ha podido ocultar que subestima totalmente a su retador obligatorio, el jovencísimo, pero formidable, Erickson Lubin (18-0, 13 KO). En cualquier caso, más allá de la incredulidad y de su desdén por los logros de su oponente, Charlo debería tener motivos para estar preocupado y alerta, ya que este duelo de semifondo será el que sobre el papel está más igualado y en el cual el aspirante cuenta con más posibilidades de coronarse.
Y es que Lubin, de 22 años, pese a su edad posee un boxeo solidísimo que, si bien todavía tiene margen de mejora, ha sido lo suficientemente brillante para que se le considere uno de los máximos aspirantes de la división. Tanto boxeando con iniciativa como sin ella, “The Hammer” se muestra efectivo, controlando muy bien los tiempos de ataque, incluso cuando sería lógico pensar que su juventud podría llevarle a la precipitación. Al contrario, es un boxeador frío que elige cautelosamente sus golpes de poder y que casi nunca lanza ofensivas sin tener listos contragolpes o reacciones defensivas.
Es por todo esto que Charlo puede esperar una pelea sumamente complicada, más aún si se valora que su porcentaje de puños acertados no es de media demasiado elevado y su velocidad y técnica podrían incluso verse superadas por las del retador. Casi cada vez que Charlo se ha encontrado ante un rival de cualidades similares, sus dificultades para salir con el brazo en alto y para dominar las acciones han sido palpables, de modo que esta será la ocasión definitiva para, a la vez que apunta a un choque ante el vencedor del Hurd-Trout, mostrar progreso en su boxeo y que está a la altura de las loas desmedidas que los medios de su país le otorgan.
Lara sigue a la espera
Parecía que con la designación de Demetrius Andrade como aspirante oficial, al fin, Erislandy Lara (24-2-2, 14 KO) (en la foto a la izquierda junto a su rival) regresaría al centro de la atención boxística y tendría la oportunidad de apuntar a la parte alta del ranking de todos los pesos tres años después de su enfrentamiento ante Saúl Álvarez. Pero muy lejos de ello, y aunque ambas partes se han culpado mutuamente, el enfrentamiento no se concretó y Andrade subió finalmente al peso medio, quedándose Lara igualmente en la misma situación de estancamiento en la que estaba.
Por ello, a pesar de ser para muchos uno de los mejores boxeadores técnicos de la actualidad, y si bien el cubano señala que todos los rivales destacables le evitan, se han afianzado las críticas que afirman que es él quien está eludiendo los combates más arriesgados, dado que en sus últimas cinco peleas sólo ante Vanes Martirosyan tuvo un púgil del máximo nivel en frente, siendo los demás preocupantemente asequibles para su nivel.
Evaluando el estado reciente de su trayectoria resulta menos comprensible cómo se le ha asignado para su siguiente defensa voluntaria a un desconocido para el gran público como Terrell Gausha (20-0, 9 KO), menos aún como duelo estelar de un evento precedido por grandes enfrentamientos en los que combaten los mejores boxeadores de la división. El estadounidense no sólo está falto de victorias importantes sino que ha sembrado muchas dudas en cuanto a su proyección como profesional en diversas de sus peleas, especialmente en su choque ante un agresivo Steven Martínez que perfectamente podría haber logrado, como mínimo, el empate.
Sea como sea, es difícil pensar que los expertos y los ejecutivos de Showtime hayan tomado a la ligera esta designación a pesar de que sobre el papel el duelo está muy decantado del lado del campeón y tiene el riesgo de ser mucho más táctico y pausado que el resto. Quizás piensen que el olímpico Gausha, centrando las miradas de sus compatriotas, explotará en su gran prueba de fuego y usará su extensa experiencia amateur (llegó a ser olímpico) y su formidable técnica para mantenerse a la par del que es considerado el número 1 actual de la categoría. Aun así, no debería sorprender a nadie si Lara utiliza todo su repertorio técnico, su perfecto juego de piernas y su precisión de francotirador para, una vez más, imponer sus golpes aislados ante un boxeador que podría verse afectado decisivamente por su menor alcance, por el hecho de no haber peleado nunca a doce asaltos y por no contar con la suficiente experiencia de calidad.
Todos en peso y listos para combatir
En cuanto a la ceremonia de pesaje, no hubo fallos y nadie sobrepasó el límite del peso superwélter de 69,9 kg: el campeón IBF Hurd paró la báscula en 69,6 kg y su retador Trout en 69,4 kg, el monarca WBC Charlo marcó 69,6 kg y el aspirante Lubin 69,5 kg y el titular WBA Lara dio 69,6 kg por los 69,5 kg de Gausha.