Daniel Pi
@BastionBoxeo

Después de que en junio sufriese, por segunda vez consecutiva, un desenlace sumamente polémico en un combate en Estados Unidos ante Andre Ward, el destino todavía le aguardaba al excampeón unificado del peso semipesado Sergey Kovalev (30-2-1, 26 KO) una sorpresa mucho más desagradable. Y es que en julio el ruso sufrió un accidente de tráfico en su país natal en el cual tuvo que salir de la carretera a 140 km/h para evitar un coche que avanzaba en dirección contraria intentando adelantar. Tras este incidente, en el que padeció una hemorragia nasal al golpearse con el volante pero en el que milagrosamente no chocó con los numerosos arboles que enmarcaban la carretera, “Krusher” pensó que debía cambiar su vida.

Así, éste decidió hacer un viaje y una breve estancia en un monasterio cristiano ortodoxo en Grecia, donde, según afirma, su forma de ver las cosas se vio permanentemente modificada. Muchas veces se ha rumoreado en los cinco años en que Kovalev ha sido un boxeador destacado en la división del peso semipesado que su vida personal ha sido poco ejemplar y que ha consumido tabaco y bebidas alcohólicas en exceso, no sólo para un deportista sino para cualquier tipo de persona. Con todo, Kovalev, que ha certificado en parte la veracidad de esas suposiciones, afirma que todo eso ha quedado atrás después de su visita a Grecia y que ahora sólo hay lugar para hábitos de vida saludables.

Si a estos se suma que la pésima relación con su entrenador John David Jackson (que se dice que dio información relevante al equipo de Ward antes de la revancha y que le llegó a insultar públicamente de forma gravísima) ha sido finalizada y que éste ha sido sustituido por el uzbeko Abror Tursunpulatov, perfecto conocedor de la escuela soviética de boxeo y entrenador del oro olímpico Fazliddin Gaibnazarov, se completa el total cambio en la forma de encarar su trayectoria por parte de Kovalev.

En cualquier caso, las modificaciones, aunque evidentemente son positivas para él, deberán mostrar su efecto sobre el ring en el choque que este sábado disputará en el Madison Square Garden de Nueva York (Estados Unidos), por el cinturón mundial vacante WBO del peso semipesado, ante el ucraniano Vyacheslav Shabranskyy (19-1, 16 KO), que parece una buena toma de contacto después de los problemas y las medidas emprendidas contra ellos pero que no parece merecer esta oportunidad mundialista.

Aunque se ha hecho un nombre por su capacidad para ofrecer peleas entretenidas y ha demostrado ser un boxeador con una poderosa pegada, cuando el nivel de oposición ha aumentado su rendimiento no se ha mantenido a la par, pasando por bastantes dificultades ante Yunieski González y siendo derribado varias veces y noqueado en siete asaltos por Sullivan Barrera, que, eso sí, también visitó la lona. A pesar de que esta derrota se produjo el pasado diciembre y Shabranskyy está clasificado 10º WBO, el organismo decidió aceptar su nombramiento como coaspirante mundial, levantando muchas quejas de los boxeadores mejor clasificados.

Sea como sea, el acceso al primer mundial de su carrera, si bien es fortuito y controvertido, ya es inmutable, y en él tendrá la ocasión no sólo de coronarse sino de surgir como un rival a batir en la categoría del peso semipesado a costa de un Kovalev que, a pesar de ser evidentemente superior boxísticamente y haber mejorado su moral, no llegará al choque, de todas maneras, en el mejor momento de su carrera.

Además, Shabranskyy es un púgil muy fuerte, que se maneja bien en corta, que posee un gran uso de los golpes curvos y que sabe trabajar bien al torso, exactamente el estilo que podría generar más complicaciones a Kovalev, de modo que la diferencia en las apuestas, siendo amplia, no es absoluta. Aun así, el encaje de Shabranskyy es un tanto limitado, al igual que su técnica, y su defensa es muy vulnerable, sobre todo a los directos diestros, principal arma del temible excampeón, siendo perfectamente neutralizable con un buen uso de los golpes rectos, por lo que si Kovalev impone su simple pero buen boxeo, evita los intercambios a toda costa y aprovecha su superior uso de las piernas para evitar los potentísimos curvos abiertos de su rival, será realmente difícil que se le escape la victoria, convirtiéndose con ello en el tercer ruso que ostenta actualmente un cinturón mundial en la división.

En el pesaje ambos boxeadores cumplieron satisfactoriamente el objetivo, dando Kovalev 78,925 kg y Shabranskyy 79,287 kg, los dos por debajo del límite del peso semipesado de 79,4 kg.