Daniel Pi
@BastionBoxeo

La temporada boxística se precipita hacia su final, cosa que queda más clara si se tiene en cuenta que este sábado, en el Place Bell de la ciudad de Laval (Canadá), Billy Joe Saunders (25-0, 12 KO) y David Lemieux (38-3, 33 KO) combatirán en el último campeonato mundial disputado en Occidente de 2017, restando sólo las tradicionales veladas de fin de año en Japón para cerrar definitivamente estos interesantísimos doce meses de pugilismo.

Dejando al margen este aspecto, que este mundial WBO del peso medio sea uno de los únicos restantes antes de entrar en una disminución de la actividad boxística en el periodo navideño ni mucho menos debe de ser el principal motivo para prestarle atención, ya que en él se enfrentarán dos de los mejores púgiles en los 72,5 kg como el hábil monarca británico y el temible noqueador, y exaspirante mundial, canadiense.

Resulta evidente que este será un pleno choque de estilos entre dos de los mejores especialistas de la división en el boxeo elusivo y en el de presión, respectivamente, esperándole al vencedor un importantísimo cruce, que se dice que podría ser ante “Miracle Man” Daniel Jacobs. Además, como siempre, Saunders ha logrado despertar el interés de muchos aficionados casuales por el tenso clima que ha conseguido dar a la pugna, que parece presagiar una intensa contienda. De todos modos, sus faltas de respeto continuadas, que como siempre pasan los límites de lo que podría ser razonable para avivar la venta de entradas, han terminado por llevar a que Lemieux sobrepase también lo aceptable, dado que éste ha creado una importante controversia al escribir en su cuenta de Twitter: “No puedo esperar para enseñaros como voy a destruir a este paleto. Billy Joe Saunders eres hombre muerto”, frase que ha sido interpretada por el campeón como una amenaza intolerable y una falta de respeto a todo el deporte del boxeo.

Regresando a lo que debería ser lo único importante en un enfrentamiento, o sea lo deportivo, el ligerísimo favorito para imponerse es Saunders (aunque las apuestas están prácticamente en una situación de empate). Y es que muchos no pueden olvidar como un guerrero como Gennady Golovkin desarboló con su jab y un buen control de la distancia a Lemieux, pensándose que “Superb”, con sus espléndidas esquivas, su precisión y su astucia, podría lograr anular tácticamente a su adversario con incluso mayor solvencia. Por otro lado, Saunders, que se ha mantenido firme en los hábitos saludables y que ha continuado tomándose con total seriedad sus entrenamientos, parece presentar un gran estado de forma, habiendo disminuido las desventajas de combatir como visitante entrenando y aclimatándose durante tres semanas en Canadá.

Dicho esto, en parte las posibilidades de Saunders se están exagerando un tanto y se está subestimando claramente a Lemieux, no quedando suficientemente alejada en el tiempo la actuación del primero ante un tenaz y agresivo Artur Akavov como para poder olvidar los problemas graves que ante este púgil de nivel medio-alto pasó. Por otro lado, aunque en su última pelea se impuso a Willie Monroe con total claridad, el estadounidense cometió errores tácticos innegables al permanecer enormemente expectante, siendo un buen boxeador sin iniciativa pero ni por asomo tan bueno con ella, todo lo contrario a lo que puede esperar en su choque del sábado.

Que sacudirse la presión de Lemieux es realmente complicado lo experimentó el ágil y veloz Hassan N’Dam que, a pesar de su elevado dinamismo, no pudo evitar ser encerrado y derribado cuatro veces en su choque ante éste. Asimismo, es una pregunta razonable si Saunders, con 48% de triunfos antes del límite y ninguna victoria por nocaut desde 2015, podrá mantener durante doce asaltos su movilidad y, en caso de detenerla, si podrá resistir el boxeo en corta de su retador, con 87% triunfos sin escuchar el veredicto de los jueces.

Sin poder tener certezas de si Saunders de nuevo podrá dominar en un duelo tedioso y de baja intensidad o si será llevado a una emocionante pelea de desgaste en la que tendrá las de perder, el nivel de ambos y lo que hay en juego parece suficiente para prestarle la debida atención al campeonato, más aún si existe la posibilidad de que uno de los formidables ganchos de Lemieux pueda dejar un nocaut tan espectacular como el conseguido ante Curtis Stevens el pasado marzo.

En una tensa ceremonia de pesaje, algo causado, como no, por Saunders y su entrenador, que exigieron que su rival se pesase dos veces, ambos boxeadores dieron en la báscula 72,6 kg, límite exacto del peso medio.