Daniel Pi
@BastionBoxeo
Cuando un boxeador que genera muchas expectativas sufre una serie de derrotas, las fantásticas valoraciones positivas se convierten rápidamente en duros reproches que terminan por poner en duda las propias virtudes del púgil, que puede llegar a verse empujado hacia el retiro por la pérdida de moral. No son pocos los que se han visto en esta situación a todos los niveles de competición, ya sea nacional, continental o mundial, pero son muy pocos los que han logrado dar la vuelta totalmente a su carrera y emprender el camino del éxito tras ver su trayectoria fracturarse.
Durante los últimos años, uno de los casos en los que se ha producido una oscilación más brusca ha sido el de Yordenis Ugas (21-3, 10 KO), que de ser una estrella del boxeo amateur pasó a desarrollar una carrera profesional muy por debajo de lo que se esperaba, abandonando los cuadriláteros, para finalmente regresar tras un largo parón y conseguir una de las mejores rachas actuales entre los aspirantes del peso wélter.
Para ilustrarlo abordaremos cada fase de su trayectoria de forma separada.
Estrellato amateur
Con una plata en el torneo nacional cubano de 2003, cuando tenía 16 años, Ugas demostró que estaba al nivel de la selección nacional, por lo que su talento no tardó en ser aprovechado. Así, ese mismo año ganó el oro en el mundial amateur en categoría cadete, aunque una derrota contra Amir Khan le separó del éxito en el mundial amateur junior de 2004. De todos modos, esa fue la última derrota de entidad que padeció en un gran torneo hasta 2008, ya que en 2005 ganó el oro en el mundial amateur senior y el oro en el nacional cubano, triunfo éste que replicó el siguiente año junto al oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Llegando al 2007 fue el turno del oro en los Juegos Panamericanos, otra vez junto a un oro nacional, siendo esta temporada la antesala de un 2008 en el que de nuevo fue campeón cubano y ganó el acceso a los Juegos Olímpicos venciendo a todos sus oponentes en el torneo de clasificación americano, entre ellos “Sniper” José Pedraza (posteriormente plata mundial amateur y campeón mundial profesional del peso superpluma), a Everton Lopes (oro mundial amateur y actualmente invicto profesional) y a Sadam Ali (olímpico y ahora mismo campeón mundial del peso superwélter).
Ciertamente, para un boxeador con esos logros, el bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 resultó algo decepcionante al igual que inesperado, no pudiendo ser compensado por los oros en los nacionales cubanos de 2008 y 2009, pero acabada su trayectoria en el pugilismo aficionado su palmarés era espectacular.
Debut profesional, derrotas e inactividad
Ya fuese por considerar que sus éxitos en ese ámbito eran más que suficientes, por no ser seleccionado para participar en el mundial amateur de 2009 o por el deseo de trasladar sus éxitos al boxeo rentado, con su correspondiente mejora en prestigio y dinero, Yordenis Ugas optó por abandonar Cuba en 2010 y convertirse en profesional a los 22 años. Pero las cosas no fueron de la manera esperada a continuación, cayendo por primera vez en su duodécima pelea ante un Johnny García con poca proyección y no logrando ninguna victoria verdaderamente insigne hasta que alcanzó un mal 2014.
En dicha temporada, primero fue derrotado por decisión dividida por Emmanuel Robles, boxeador entonces con sólo nueve combates, siendo tres meses después batido por decisión unánime a manos del actual coaspirante mundial Amir Imam. Estos baches hubiesen resultado comprensibles para muchos otros boxeadores, pero para un púgil acostumbrado a estar siempre en la cumbre del podio el golpe fue duro, más aún cuando se le arrojaba su éxito amateur a la cara para agravar su demérito como profesional, permaneciendo seguidamente dos años y tres meses fuera de los rings, pudiéndose llegar a pensar que nunca regresaría.
Retorno y escalada
La inactividad de Ugas llegó a su fin en agosto de 2016, momento en el que, ascendiendo desde el peso superligero al peso wélter, había sido pactado que se enfrentase al prospecto Bryant Perrella, combate con el objetivo evidente de dar brillo al récord del invicto púgil con el cubano entrado como víctima propiciatoria. Con todo, una lesión de Perrella conllevó que Ugas tuviese que medirse finalmente a un rival incluso más complicado, el estadounidense Jamal James, imbatido en 20 peleas y una de las grandes promesas de Premier Boxing Champions en la categoría del wélter. Ante éste Ugas consiguió la mayor victoria de su carrera profesional hasta la fecha, venciendo contra todo pronóstico en un duelo en el que mostró perfecto estado de forma a pesar de la falta de rodaje y en el que impuso un gran trabajo al torso.
Aunque su victoria había sido sensacional por cómo y contra quién la había logrado, Ugas no recibió cuartel ni ningún regalo a continuación, sino que sólo un mes después, muy poco tiempo para recuperarse de un choque intenso, fue puesto delante del pegador Perrella, que había avanzando imparable hasta que el bronce olímpico le venció en cuatro asaltos por nocaut técnico.
Los dos estupendos triunfos logrados ante invictas promesas no pasaron por alto, menos aún para el mánager Al Haymon, que lo situó en una prueba definitiva ante el rocoso top 15 Levan Ghvamichava, al que se impuso, haciendo valer su ventaja técnica, en una dura e igualada pugna en febrero de 2017. De ese modo, Ugas se había situado, seis meses después de su retorno, a las puertas de las clasificaciones mundiales, no tardando en alcanzar el acceso a ellas de forma también sorprendente.
Tras un rodaje ante un boxeador de bajo nivel, y cuando Shawn Porter canceló su participación en un enfrentamiento ante Thomas Dulorme, parte de la velada Mayweather-McGregor, Ugas fue llamado para entrar a combatir como sustituto de última hora contra el exretador mundial puertorriqueño, que estaba en busca de un nuevo campeonato y que había ofrecido algunos rounds complicados a Crawford antes de sucumbir. De nuevo, Ugas rompió los negativos pronósticos para vencer, gracias a su versatilidad, a Dulorme en un choque en el que tiró a su rival dos veces a la lona pero en el que él mismo padeció un knockdown.
De esta forma llegamos al duelo del pasado sábado, con Ugas habiendo cambiado totalmente su carrera en dos años y medio y ratificando su impresionante escalada hasta el top 15 mundial batiendo por nocaut técnico en el séptimo asalto al estadounidense Ray Robinson, que no padecía derrotas en siete años y medio y que para muchos de sus compatriotas era un evidente candidato a entrar en la lucha de igual a igual contra la élite de la división. Dado que este duelo era una semieliminatoria IBF, Ugas quedaba al alcance del mundial que posee el fantástico Errol Spence, para muchos número 1 de la división y futuro número 1 de todos los pesos. Hay que tener en cuenta que, prestando atención a los precedentes inmediatos, la mayoría de los ganadores de una semieliminatoria han terminado por acceder al mundial sin tener que disputar una eliminatoria final, no pudiéndose pasar por alto que Spence quiere mantener una elevadísima frecuencia de combates, por lo que no es descartable que Ugas reciba la llamada antes de que termine el año.
La reciba o no, incluso si cae ante otro top 15 antes de alcanzar el mundial, Yordenis Ugas habrá firmado una sensacional racha en una de las categorías más complejas, pasando en muy poco tiempo del olvido a la antesala del mundial en un ejercicio de tenacidad, determinación y toma de riesgos fuera de los común, no sólo para cualquier boxeador sino para uno que había visto sus esperanzas romperse antes púgiles muy por debajo de su nivel y que había abandonado los rings durante dos años.