Daniel Pi
@BastionBoxeo
Derribando cuatro veces al campeón mundial WBO del peso superwélter Sadam Ali (26-2, 14 KO) y batiéndolo finalmente en el cuarto asalto, el jovencísimo aspirante Jaime Munguía (29-0, 25 KO) se coronó nuevo titular en el combate estelar de la velada que se desarrolló en el Turning Stone Resort & Casino de Verona (Estados Unidos).
Con cada golpe conectado Munguía dañaba a Ali, que ya sintió el primer hook de izquierda al cuerpo que recibió y, poco después, padeció una caída por croché de mano adelantada al rostro. Afectado por este knockdown, en la reanudación el campeón no tardó en visitar la lona de nuevo, otra vez estremecido por un croché de izquierda y rematado con varios directos mientras caía. Finalmente, Ali consiguió terminar el round, aunque lo hizo en muy mal estado a consecuencia de los rectos y hooks de su rival, que sabía dar oportunos pasos atrás para evitar las entradas en clinch.
Ya en el segundo episodio, Ali lanzó ataques disuasorios durante algunos segundos, pero una dura derecha lo estremeció claramente, si bien Munguía continuó su hostigamiento con absoluta calma, jabeando y tirando uppercuts, rectos y ganchos sin prestar atención a las manos de poder lanzadas por el veloz local, que eran encajadas por el mexicano sin ningún problema. Estando así la situación llegó la tercera cuenta padecida por Ali, que cayó al recibir un uno-dos seguido por varias derechas descendentes y ganchos zurdos.
Aunque Sadam Ali mostró enorme coraje por seguir combatiendo y resistir el tercer round, en el que volvió a caer por varios hooks de izquierda pero sin recibir cuenta (al estimar el árbitro que había sido empujado), en el cuarto episodio un brutal croché zurdo tumbó por cuarta vez al estadounidense, deteniendo el tercer hombre las acciones de forma totalmente acertada.
De este modo, surgió en la división del peso superwélter una nueva figura, un boxeador de sólo 21 años, imbatido, con 86% de victorias antes del límite y cuya potencia y fortaleza no pudieron ser contenidas por un púgil de muy buena técnica como Sadam Ali, cuya contundente derrota sirve de advertencia para los estadounidenses que dominan la categoría actualmente. Hay que recordar que esta coronación llega por un azar del destino, al que Munguía hizo referencia en las declaraciones posteriores al combate, señalando que quería dar las gracias a la Comisión Atlética del Estado de Nevada por no permitirle pelear contra “GGG”, puesto que la cancelación de esta enorme pelea le abrió la puerta a esta otra oportunidad, de la que ha salido con un cinturón mundial y mirando a la cara a cuantos nombres insignes hay en los 69,900 kg.