Daniel Pi
@BastionBoxeo
A la vez que Marc Vidal y Kiko Martínez pelean por el título de campeón de Europa del peso pluma, pero a 1.700 km de distancia, en el estadio de fútbol Elland Road de Leeds (Reino Unido), otros dos boxeadores pertenecientes a la división de los 57,2 kg pugnarán en un choque entre compatriotas, siendo estos el campeón mundial IBF Lee Selby (26-1, 9 KO) y su retador obligatorio Josh Warrington (26-0, 6 KO), si bien entre estos dos últimos púgiles ha existido una fuerte carga de animadversión que no se encuentra en el combate entre los dos españoles.
“Quizás la gente de Leeds quiere que ganes, pero el resto del país espera que yo gane. A la gente le das asco”, señaló Selby en la conferencia de prensa final, mientras que en su turno Warrington afirmaba: “Ya no es necesario hablar, el sábado por la noche por fin podré darle puñetazos en la cara”. Estas frases, y el manotazo dado en el brazo por Warrington a su rival en un tenso cara a cara, son simplemente la última etapa de una fuerte tensión entre ambos boxeadores, conflicto que lleva años forjándose y que ha dejado reproches y críticas en ambas direcciones, especialmente cuando se truncó la realización de este duelo mundialista dos años atrás, momento en el que fue posible su disputa.
Si las comparaciones entre ambos y sus confrontaciones dialécticas no fuesen suficiente de por sí para caldear el ambiente, además el encuentro tiene una consecuencia realmente trascendental que hace que los dos púgiles no puedan permitirse un fallo. Y es que el vencedor del Selby-Warrington con toda probabilidad se medirá el 16 de agosto en el estadio Windsor Park de Belfast al local Carl Frampton, mayúsculo encuentro que paralizará Irlanda del Norte y en el que se dirimirá quién es el número 1 del peso pluma británico, estando en juego una bolsa enorme, pero no tan grande como la ganancia en prestigio potencial.
Regresando al presente, aunque la percepción general es que Lee Selby es un boxeador superior y que sólo sus recursos y su excelente técnica le bastarían para imponerse, son muchos los críticos británicos que consideran que esta pelea está mucho más abierta de lo que puede parecer. Para ello no sólo valoran que Warrington estará apoyado por una ferviente masa de seguidores (es un ídolo en su natal Leeds), o que en el primer mundial de su carrera dará todo lo que puede dar de sí, sino que Selby no ha lucido especialmente bien cuando ha afrontado sus mayores retos.
Por otro lado, dejando al margen los problemas padecidos ante un Fernando Montiel a un paso del retiro y con gran desventaja en altura y contra un Eric Hunter de limitada experiencia de calidad, Selby vez tras vez, incluso cuando se impone con solvencia, comete graves errores de ajuste táctico, que le suponen verse inmerso en la duda y que permiten a sus contrincantes recomponerse. Así, enfrentándose a un Warrington que es sólido y constante, ordenado y preciso, Selby no puede permitir que su estrategia se descontrole, menos aún combatiendo como visitante y siendo bastante posible que la pelea consuma todos los asaltos.
Evidentemente, se puede argumentar que Warrington ha mostrado también brechas muy importantes, especialmente en su encuentro ante Kiko Martínez, pero la contundencia ofensiva del alicantino no es comparable a la de un Selby que ofrece sus mejores rounds boxeando con movilidad y agilidad, y el galés tampoco cuenta con una ventaja en altura como la del japonés Hisashi Amagasa, que le ofreció apreciables complicaciones a Warrington a pesar de su clara victoria.
De este modo, valorando además que ambos tienen una pegada similar, el enfrentamiento parece que se decidirá por la capacidad de Selby para mostrarse consistente en el aprovechamiento de sus habilidades, tanto ofensivas como defensivas, y en su uso de los contragolpes curvos ante un Warrington que posee excelentes series de rectos y se mantiene firme en su utilización. En cualquier caso, parece un choque potencialmente contendido y difícil para ambos boxeadores, no existiendo consenso en cuanto a si los estilos de ambos encajarán lo suficientemente bien para cumplir las expectativas del público.
En la ceremonia de pesaje, Selby marcó 56,900 kg y Warrington 56,600 kg, ambos por debajo del límite del peso pluma (57,200 kg).
