Daniel Pi
@BastionBoxeo

Aunque se dice que actualmente el boxeo filipino pasa por su tercera edad de oro (la primera se inició con el campeón “Pancho Villa”, la segunda con “Flash” Elorde y la tercera con Pacquiao), es difícil no preguntarse si las primeras décadas del siglo XXI no son realmente la mejor etapa del pugilismo de dicho país y, por lo tanto, su verdadera Edad de Oro. Y es que en estos años figuras como Pacquiao, Donaire y Nietes han ocupado posiciones hegemónicas en sus respectivas divisiones y puestos destacados en los rankings de todos los pesos (llegando a ser “Pacman” el número 1 del pugilismo mundial), siendo acompañados estos por una serie de campeones secundarios pero muy competentes y por un sinfín de valerosos aspirantes.

Lejos de llegar a su fin, muchos creen que esta fantástica etapa del boxeo tagalo se proyectará en el futuro hasta situar a Filipinas al lado de las máximas potencias pugilísticas mundiales, opinión osada pero a la que algunos quieren ver sentido por el relevo generacional asegurado en dicha nación gracias a la continua irrupción de fantásticos prospectos y estrellas en ascenso, siendo la principal de ellas Jerwin Ancajas (29-1-1, 20 KO) (A la derecha en la foto), tantas veces llamado “heredero de Pacquiao”.

Este campeón mundial IBF del peso supermosca, en su segunda pelea en Norteamérica, encabezará un cartel que se desarrollará en el Save Mart Arena de Fresno (Estados Unidos) y en el que se medirá a su compatriota Jonas Sultan (14-3, 9 KO), produciéndose así el primer mundial entre dos filipinos en 93 años, o sea, desde que el citado Francisco Guilledo “Pancho Villa” venció el 2 de mayo de 1925 al también filipino Clever Sencio.

Pese a que Ancajas está rindiendo a un nivel realmente sensacional y está listo para enfrentarse a la élite de la división, su condición de favorito en las apuestas, de forma extraña, no es excesivamente amplia, considerándose que Sultan tiene una buena opción de dar la sorpresa, como ya la dio el pasado septiembre ante el excampeón mundial John Riel Casimero. Lo cierto es que, pese a contar sólo con diecisiete peleas, el aspirante es verdaderamente peligroso, esencialmente por su fortaleza física, su pegada y su determinación, teniendo una derecha recta demoledoramente contundente.

Sin embargo, su agilidad de piernas no es ni remotamente equiparable a la de Ancajas, e incluso sus pasos pueden resultar a veces desordenados, al igual que sus ataques. Por otro lado, Sultan no posee una gran velocidad de manos y su precisión desde la distancia larga y media no es suficientemente constante, tendiendo a portar además la mano izquierda demasiado baja, algo que podría aprovechar el zurdo monarca para martillear con su gran jab y su buen croché diestro. Por todo esto, es de esperar que un Ancajas con infinitos recursos ofensivos y defensivos, con heterodoxos y quirúrgicos contragolpes y centelleante con sus directos, pueda aprovechar su mejor control de los espacios para dominar a Sultan, que tratará de presionarle siempre que pueda pero que probablemente no podrá ajustarse adecuadamente a la movilidad y la rapidez de su rival.

En la báscula Ancajas dio 52,072 kg y Sultan 51,890 kg, ambos por debajo del límite del peso supermosca, 52,2 kg.