Daniel Pi
@BastionBoxeo
Con cuatro cortes producto de cabezazos, repetidos golpes en la nuca y un knockdown legítimo, no se puede decir que la pelea fuese precisamente fácil para el mexicano, campeón mundial WBC del peso supergallo, Rey Vargas (33-0, 22 KO), pero éste, aun así, ofreció un boxeo lo suficientemente sólido y eficaz para derrotar por decisión unánime a su retador obligatorio, el venezolano Franklin Manzanilla (18-5, 17 KO). Las puntuaciones para este combate disputado en el Fantasy Springs Casino de Indio (Estados Unidos) fueron de acertado triple 117-108.
Pareciendo que sus flojas actuaciones pasadas le habían motivado para intentar lograr un triunfo más contundente, Vargas se mostró más incisivo al ataque, manteniendo el centro del ring al comienzo y lanzando duros ataques con directo-hook y con ganchos aislados o combinados, si bien en una de esas ofensivas, en el segundo round, fue contragolpeado por un croché zurdo que lo tumbó aparatosamente.
No obstante, y aunque fue hostigado en la reanudación y en cierta medida en el siguiente round, durante el resto de la pelea el monarca dominó en líneas generales las acciones, atacando con el uno-dos, con series de curvos al torso y con duros ganchos de mano adelantada a un Manzanilla que no volvió a encontrarse tan cerca de la victoria como lo había estado con el knockdown.
Por ello, perdiendo la iniciativa ante las rápidas embestidas de Vargas, no teniendo los recursos para mantenerse en la distancia corta y media, no volviéndose a mostrar tan eficaz al contragolpe y habiendo sido estremecido seriamente por un hook de izquierda, el venezolano se vio perdido, realizando ataques desordenados que desembocaron por un lado en clinches, que casi siempre aprovechaba para golpear antirreglamentariamente, y por otro en numerosos choques de cabezas que cortaron a su rival en la parte lateral derecha de la cabeza, en el párpado izquierdo y en el derecho y en el pómulo izquierdo.
Según las normas del WBC, Manzanilla debería haber recibido el descuento de un punto por cada corte provocado, pero parece que el tercer hombre lo olvidó, si bien le restó dos puntos al aspirante, uno en el séptimo asalto por reiteración en los golpes en la parte trasera de la cabeza y otro en el octavo por pegar cuando había ordenado que parasen. En cualquier caso, el control del combate por parte de Vargas era firme, por lo que, conteniendo con su jab, su uppercut a la contra y buenos desplazamientos los intentos desesperados de su rival, selló su victoria sin volver a pasar por graves apuros.
Es curioso que en el único enfrentamiento de su reinado en el que ha sido derribado, Vargas haya puesto de manifiesto claras mejoras en la gestión de los espacios y en el uso del ring y haya logrado ser mucho más efectivo al ataque que en anteriores pugnas, llegando incluso a neutralizar claramente a un peligroso pegador tras recuperarse de un duro knockdown, algo muy difícil de conseguir. Aun así, la caída padecida sólo hace que ratificar las sospechas sobre su defensa en los cruces de golpes y en cuanto a un encaje que no le ha bastado para evitar visitar la lona tres veces en su carrera a pesar de seguir invicto.
Tras el enfrentamiento, Vargas, que reprochó a su adversario las marrullerías utilizadas, afirmó que le gustaría que los cuatro cinturones de la división del peso supergallo estuviesen bajo un único dueño, señalando que está dispuesto a enfrentarse a cualquier campeón, en especial a Daniel Román, monarca WBA. Sin embargo, escuchando desde el ring sus declaraciones estaba Tomoki Kameda, que por su condición de titular interino WBC debería ser su siguiente oponente, aplazando los planes de unificar hasta finales de año.