Daniel Pi
@BastionBoxeo
Seguramente, cuando le dijeron que iba a enfrentarse a un boxeador con más voluntad que destreza como Joe Hughes (17-4-1, 7 KO), afectado por la parálisis de Erb-Duchenne, que le causó tener el brazo derecho bastante más corto y débil que el izquierdo y que por ello usa muy poco su puño diestro en los combates, seguramente Robbie Davies Jr. (18-1, 12 KO) pensó que el reto no podía ser tan sumamente complicado como resultó sobre el ring.
De todos modos, aunque Hughes pareció de nuevo superar las expectativas y hacer más que suficiente para retener su cinturón de campeón de Europa, los jueces le dieron una incomprensible victoria unánime a Davies con cartulinas de 118-110, 115-113 y 115-114, de las cuales la primera es simplemente espantosa y debería causar que su responsable, Terry O’Connor, diese explicaciones ante una comisión del BBBofC.
Inicialmente el manejo de los golpes rectos de Davies tuvo ciertos resultados, que le sirvieron incluso para tomar confianza y hacerse brevemente con el centro del ring, si bien Hughes empezó a buscar los huecos para impactar su mano izquierda en gancho, jab y uppercut. Tras las primeras tomas de contacto, poco tardó el campeón en impactar sus mejores puños, ya que equivocadamente Davies aceptó algunos intercambios de golpes en el segundo asalto que desembocaron para él en una seria hemorragia nasal y en una pérdida del centro del cuadrilátero.
Es más, el valiente y fuerte Hughes desde el tercer round comenzó a presionar con más insistencia y a llegar de forma repetida con su directo de mano adelantada y sus curvos de izquierda, usando incluso eventualmente su directo diestro. Davies se vio incomodado claramente, no sabiendo exactamente cómo responder a las embestidas de su oponente, que encajaba sin problemas sus directos y se abría paso hacia la distancia corta y media-corta para llegar con su mano izquierda.
El sangrado de la nariz de Davies no sólo no se cortó sino que fue a peor y aunque intentó desplazarse y usar sus rectos con intención disuasoria, Hughes siguió llevándose la mejor parte de forma más consistente tanto en los cruces de golpes que se producían como cuando perseguía a su adversario.
Oscilando entre intercambios de golpes y cierta pretensión de boxear en la distancia larga, Davies se mostró indeciso e inefectivo, mientras Hughes afianzaba más su dominio con sus contundentes jabs y con su tremenda capacidad para golpear con variedad de trayectorias enlazando velozmente sus curvos de mano adelantada.
Eventualmente, Davies trabajó bien al torso y llegó con más precisión con sus directos en el noveno y décimo round pero, a pesar de estas esporádicas muestras de habilidad del aspirante, Hughes siempre encontró la brecha para su croché zurdo y ni siquiera necesitó atropellar siempre a su rival para superarlo, bastándole frenarlo con el jab y eludir sus manos con buenos movimientos de cintura para dominar durante minutos.
De este modo, aunque a priori era lógico pensar que Hughes era un oponente más adecuado para el aspirante obligatorio al cinturón europeo del superligero, el español Sandor Martín, y por ello para los aficionados de nuestro país podría resultar preferible su triunfo, el caso es que Davies no fue nada impresionante. Todo lo contrario, ya que ante un boxeador simplemente tenaz, fuerte y trabajador y que prácticamente sólo usa su mano izquierda, Davies no sólo cedió la mayoría de los rounds sino que durante muchos minutos se mostró carente de efectividad.
Por ello, aunque no se debe olvidar que los boxeadores pueden pasar súbitamente de ofrecer flojas actuaciones a combatir de forma sobresaliente en función de qué estilo se encuentran delante, no pudiéndose dar por sentado que en próximos combates tendrá actuaciones tan deficientes, Davies parece ser un rival ante el cual el zurdo Martín, con su boxeo hábil y astuto, tendrá buenas opciones de lograr coronarse titular continental del peso superligero.
Smith arrolló, Price mordido
Después del Hughes-Davies, que inició la emisión de DAZN para España del evento que se produjo en la noche del sábado en el Echo Arena de Liverpool (Reino Unido), tuvo lugar el choque del peso pesado entre David Price (24-6, 19 KO) y Kash Ali (15-1, 7 KO), pugna que terminó con una descalificación en el quinto asalto del segundo por morder a su oponente en el abdomen después de caer encima de él al arrojarlo contra la lona antirreglamentariamente.
Ali, que antes mordió a Price también en el brazo izquierdo y en el hombro derecho, debería ser sancionado de forma extremadamente severa para evitar que ese tipo de comportamientos puedan volver a repetirse.
Posteriormente, la prospecta del peso ligero Natasha Jonas (7-1, 5 KO), de estupendo recorrido amateur, no tuvo problemas para dominar (60-54 juez-árbitro) a su adversaria Feriche Mashauri (7-3, 2 KO), recuperándose de su inesperada derrota ante Viviane Obenauf del pasado agosto, mientras que el olímpico Anthony Fowler (9-1, 7 KO) padeció la primera derrota de su carrera al ser derribado y vencido por decisión dividida (96-94 y doble 94-95) contra pronóstico a manos de Scott Fitzgerald (13-0, 9 KO) en una igualada pelea en la que también se puede justificar la victoria de Fowler.
Finalmente, el excampeón mundial Liam Smith (27-2-1, 15 KO) fue muy superior a Sam Eggington (24-6, 15 KO) que, tras llevarse la peor parte en duros intercambios de golpes durante los asaltos precedentes, ser alcanzado por poderosas combinaciones y teniendo el rostro cortado e inflamado, vio como el árbitro acertadamente decretaba el KOT en el quinto asalto.
Así, Smith se sitúa en la lucha directa por disputar una eliminatoria final en el peso superwélter por el WBC.