Daniel Pi
@BastionBoxeo

El primer enfrentamiento entre el mexicano Emanuel “El Vaquero” Navarrete (26-1, 22 KO) (en la foto) y el ghanés Isaac Dogboe (20-1, 14 KO) por el cinturón mundial WBO del peso supergallo que poseía el segundo fue una pelea extraña tanto desde el punto de vista de las cuestiones superficiales como desde el del análisis táctico.

Por un lado, un boxeador como Dogboe con menor altura que tres de los actuales campeones mundiales del peso mínimo (más bajo que Moonsri, Kriel y Saludar, 2 cm más alto que Niyomtrong) y por el otro un púgil como Navarrete con unas dimensiones superiores a las de varios peso superpluma, teniendo una estatura equivalente a la de Berchelt y Vargas pero con aún más alcance. Por cierto, pese a la diferencia en tamaño, el africano asegura que tiene muchos problemas para dar el peso supergallo, mientras que el americano se encuentra confortable y puede rehidratarse enormemente de manera satisfactoria.

Comenzada la pelea, las extrañezas continuaron, ya que Navarrete, pese a dañar y abrumar cada vez que avanzaba sobre su contrincante, recurría repetidas veces a ceder la iniciativa, regalando asaltos de forma completamente incomprensible ante un púgil que sólo cuando la tormenta aflojaba podía usar su destreza para capturar algún round e intentar recuperarse. Finalmente, por los graves errores tácticos de Navarrete, la pugna en vez de terminar en una victoria por nocaut de éste se saldó con su triunfo a los puntos por mínima diferencia, que podría haber desembocado en un empate si el árbitro hubiese considerado como knockdown una caída en su contra.

Cinco meses después de esa pelea nada convencional, los dos contendientes se volverán a ver las caras este sábado en el Convention Center de Tucson (Estados Unidos), donde realizarán una revancha, semifondo del Berchelt-Vargas II, por la corona WBO del peso supergallo que Navarrete tiene desde que se la arrebató a Dogboe.

Expuesto arriba lo que dio de sí el choque precedente entre los dos, la lectura para esta segunda pugna resulta extremadamente difícil, siendo Navarrete favorito en la mayoría de las casas de apuestas por menos de un euro. Quizás, viendo cómo era de superior físicamente y los réditos que obtenía de sus ataques, este margen debería ser más amplio, pero prestando atención a las declaraciones de Navarrete de cara a la revancha, en las que deja claro que volverá a dejar espacios, es comprensible que la conclusión de la pugna no esté nada clara:

“Me siento más cómodo cuando vienen hacia mí, porque les hago fallar y saco ventaja. En el próximo combate creo que vendrá con más ganas, él querrá hacer que sea más una pelea, pero esa es mi zona. Ellos vienen a mí y los llevo a dentro”.

Al ver estas afirmaciones se empieza a comprender qué pretendía Navarrete cuando súbitamente retrocedía hacia las cuerdas de forma recurrente en la primera pelea, pero esto sigue sin tener ningún sentido, ya que los boxeadores deben tener la capacidad de ajustar y cambiar sus planes para amoldarse a su adversario, o al menos salir de su esquema preferido si les está costando la pelea o les está poniendo las cosas muy complicadas. Y es que, ¿de qué sirve encontrarse cómodo regalando la iniciativa si cada vez que lo haces pierdes el asalto mientras que cuando cargas al ataque obtienes el round e incluso a veces te sitúas cerca de la victoria por detención?

Desde el equipo de Dogboe no se ha sido tan específico respecto a las cuestiones estratégicas, pero sí se ha insistido en que el ghanés tuvo diversos problemas en la preparación del primer combate, entre ellos con el peso, por lo que solicitaron a Top Rank un nutricionista. Asimismo, el entrenador y padre de Dogboe, Paul Dogboe, ha confirmado que subestimaron a Navarrete, al que pretendían noquear en cinco asaltos, estimación que resulta sumamente pretenciosa no sólo tras ver el primer combate sino después de analizar brevemente el rendimiento del mexicano en su trayectoria.

Sabiendo que Navarrete querrá de nuevo dejar que su rival avance sobre él, Dogboe debería poder aprovecharlo a su favor utilizando su explosividad, velocidad y precisión para intentar dañarlo con entradas y salidas, teniendo que buscarse la manera, preferiblemente corriendo y contragolpeando, para intentar aguantar el temporal ofensivo mientras se prolongue hasta que de nuevo “El Vaquero” vuelva a retroceder hacia las cuerdas.

Sea como sea, incluso si insiste en ese mayúsculo error táctico de renunciar a cargar al ataque ante un adversario muy peligroso pugnando en larga, Navarrete tiene tanta ventaja en cuanto a dimensiones, acompañada de una temible pegada (81% de triunfos antes del límite), que a poco que intensifique sus acciones podrá seguramente generar más daño en su adversario del que él recibirá. De todas formas, no hay que olvidar que el hábil Dogboe tiene también mucha potencia de golpeo y ya derribó en una ocasión a su rival, por lo que, pese a los elementos a su favor, Navarrete tiene un límite de fallos tácticos que podrá asumir antes de que sus éxitos parciales sean anulados y sus opciones de victoria sean cuestionadas.

Este combate mundialista será el que, a las 4:00 h de la madrugada del sábado al domingo, abrirá la retransmisión de ESPN para Estados Unidos del evento encabezado por el Berchelt-Vargas II.