Carlos Utrilla
@Cjboxing

Casi de negra cabría de calificarse la noche para el boxeo español en la ciudad alemana de Oldenburg. Luis Crespo y el argentino de Rimer BoxGuido Pitto, perdieron sus combates frente a Marcos Nader y Jack Culcay, respectivamente.

La mala suerte de Crespo

Crespo (9-4-1, en el momento de la pelea)  fue el primero en saltar al ring para disputar el Título de la Unión Europea del peso medio, en poder del boxeador austriaco (en la foto arriba golpeando a Crespo). En el primer round, un Nader (17-0-0) aparentemente más fuerte físicamente que en sus combates con Roberto Santos, demostró que estaba dispuesto a arriesgar algo más que en sus enfrentamientos con éste, quizá sabedor de que el fuerte de Crespo no es la pegada. Por su parte, el madrileño se mostraba tímido y ni siquiera usaba repetidamente el jab de derecha, pese a la diferencia de tamaño entre ambos.

El segundo comenzó también con dominio del campeón, aunque el español quiso mantenerse más activo; hacia la mitad del mismo el boxeador centroeuropeo comenzó a lanzar varias manos que llegaron a la humanidad de Crespo, que dejó de emplear la mano izquierda. Cuando llegó a la esquina, comenzó a decirle a su entrenador, Jero García, que algo le pasaba en ese brazo izquierdo. Jero le dijo que no había luxación, pero el púgil afirmaba que la mano no le obedecía.

A partir de aquí  no había nada que hacer, aunque se confiara en que la movilidad volviera. Crespo no lanzó ni una sola vez esa mano izquierda, ni la usó para bloquear. Este combate era su gran oportunidad y quiso poner toda la casta y el coraje posible, resistir hasta el final, jugar sus escasas bazas: pero era imposible. Round tras round le entraban claramente las combinaciones del rival, aunque no se daba por vencido: trataba de esquivar y usaba constantemente el jab, incluso algún croché estalló con cierta fuerza en el rostro del austriaco. Pero el combate era desigual y no tenía historia ni, casi, sentido.

Finalizado el sexto, nada más sentarse en el banco, Jero empezó a desatarle los guantes. Crespo protestó, más al aire que a su entrenador, pero este con serenidad le calmó con las siguientes palabras: «Lo que no voy a permitir es que te hagan daño». Mala suerte la del púgil madrileño, para quien esperamos pronta recuperación y alguna oportunidad más (aunque hay que recordar que es actual campeón España de ese peso medio).

Pitto no pudo retener su título

Tras Crespo, saltó al ring el argentino Guido Pitto (18-1-0) (en la izquierda de la foto), que ponía en juego el cinturón WBA Intercontinental del peso Superwélter que había arrebatado en abril a su rival: el alemán, nacido en Ecuador, Jack Culcay (14-1-0).

El púgil local salió en tromba y en los dos primeros asaltos puso en aprietos al pupilo de Ricardo Sánchez Atocha. Se mantenía fuera de distancia y entraba con gran velocidad para hacer llegar sus manos sobre Pitto, sobre todo la izquierda. Bien en forma de croché, bien en gancho. En el tercero, Culcay pareció serenarse y el combate se igualó. Pitto intentaba imponer su ventaja de tamaño, pero no acababa de superar  a un rival que ya se movía menos pero que lanzaba manos peligrosas.

Tras el 6º, Atocha se dio cuenta de que su boxeador debía lanzar más manos si quería ganar este combate. Como habíamos dicho en la previa, sería muy difícil que en una segunda pelea cerrada, en Alemania y en un plazo de 6 meses, las cartulinas fueran para el púgil foráneo.

Pitto intentó ser más agresivo, pero no llegó a ser claramente superior. Hubo rounds bastante cerrados, pero también los hubo en los que el alemán se impuso (el 10º, donde varios golpes estuvieron a punto de llevar su rival a la lona) y otros en el que tras trabajarlos bien  el argentino, alguna mano nítida y clara al final, decantaron el asalto para el local.

Tras un último round en el que ambos se dejaron todo lo que tenían y que coronaba una muy buena pelea, llegaron las cartulinas. Culcay recupera su título al imponerse por decisión unánime: 115-113, 115-113 y 117-112.

Abraham listo para Stieglitz

En la pelea estelar de la noche, Arthur Abraham (37-4-0) se imponía al italiano Giovanni de Carolis (20-3), revalidando el título WBO Intercontinental supermedio y, sobre todo, manteniéndose como retador obligatorio al cinturón mundial de la organización, en poder de su compatriota Robert Stieglitz.

De Carolis empezó bien y plantando cara, pero las primeras manos claras de Abraham le hicieron cambiar de plan y pensar que la única forma de llegar hasta el final era moviéndose todo lo posible y entrando poco al intercambio. Y así lo hizo hasta el último round. Las tres cartulinas fueron justamente para el alemán, aunque quizá resultaran excesivas: 119-109 (dos veces) y 120-108.