Daniel Pi
@BastionBoxeo
Ser campeón mundial unificado no es una tarea sencilla, algo que debe tener ahora mismo muy claro el monarca WBC y WBO del peso superligero José Carlos Ramírez (25-0, 17 KO) (en la imagen) que, una semana y media después de superar a Maurice Hooker en un emocionante y duro choque de monarcas, acaba de recibir la carta que le ha notificado que tiene que hacer frente a continuación a su defensa obligatoria WBO. Su retador será el invicto británico Jack Catterall (24-0, 13 KO).
La notificación oficial de la Organización Mundial de Boxeo señala lo siguiente:
“Las partes tienen treinta días desde que recibieron esta carta para negociar y alcanzar un acuerdo respecto al campeonato WBO del peso superligero entre el campeón José Carlos Ramírez y el retador obligatorio Jack Catterall. Si un acuerdo no es alcanzado en el margen de tiempo aquí establecido, una subasta será ordenada. La puja mínima aceptable para la división del peso superligero es de 135.000 euros”.
Dado que Ramírez es miembro de la promotora de Bob Arum y que Catterall forma parte de la compañía de Frank Warren, dos empresas con fantásticas relaciones y varios acuerdos de copromoción, no debería haber problema para pactar este encuentro, que podría no ser sucedido inmediatamente por la esperada unificación total de la división ante el vencedor del Prograis-Taylor.
Y es que el torneo World Boxing Super Series, que se dice que vuelve a tener problemas de dinero, ha atrasado considerablemente la publicación de la fecha definitiva para la final de la rama del superligero, de modo que quizás el ganador del Ramírez-Catterall deba medirse al aspirante obligatorio WBC Viktor Postol antes de poder apuntar al objetivo de proclamarse monarca indiscutido.