Daniel Pi
@BastionBoxeo
Cuando en la final de las World Boxing Super Series el ucraniano Oleksandr Usyk (16-0, 12 KO) derrotó ampliamente a Murat Gassiev (su máximo rival en la lucha por adueñarse del trono indiscutido del peso crucero) y se hizo con las cuatro coronas de la categoría, muchos sintieron que su trayectoria había alcanzado su punto culminante, si bien otros señalaron que sólo era un primer paso en una carrera histórica: todavía le quedaba intentar el gran salto de buscar reinar en la categoría máxima, el peso pesado.
Desde entonces han transcurrido 15 meses, siendo su última subida a un ring la que hace casi un año le llevó a noquear brutalmente a Tony Bellew en la que supuso la irrupción de Usyk en Reino Unido, sexto país que visitaba en una carrera anómala. Y es que si no es normal que un boxeador de primer nivel se desplace tanto, más raro resulta que un oro olímpico, invicto y monarca mundial esté dispuesto a pelear fuera de casa tanto y ante ídolos locales en lugares como Polonia, Letonia o Rusia.
No obstante, el afán de demostrar que es el mejor se ha encontrado frenado en un 2019 en el que el caos ha presidido cada intento de debutar en el peso pesado, siendo los puntos álgidos de esta desventura su lesión y la cancelación de su encuentro ante Carlos Takam, el fichaje de este por una nueva promotora con mayores pretensiones, los acuerdos y desacuerdos a la hora de buscar sustituto, la anunciada y luego negada pugna ante Fedosov y, esta misma semana, el positivo en antidopaje de Tyrone Spong.
Enlace al artículo sobre el positivo de Spong
Tras este último varapalo, que podría haber supuesto un nuevo aplazamiento, seguramente Usyk estará contento con el mero hecho de que la velada del próximo sábado en el Wintrust Arena de Chicago (Estados Unidos) se haya apuntalado de cualquier manera y pueda sacarse de encima al fin este primer combate en el peso pesado. No obstante, tanto sus fans se han quedado atónitos como sus críticos han encontrado nuevos motivos para acecharlo al ser designado como su sustituto un Chazz Witherspoon (38-3, 29 KO) que muchos en Estados Unidos incluso pensaban que estaba retirado, mientras otros tantos no le recuerdan o ni siquiera lo llegaron a conocer.
Enlace al artículo sobre la elección de Witherspoon como sustituto
Como sucede tantas veces con los boxeadores de buena carrera amateur que no despuntan como profesionales, Witherspoon, que fue sustituto en el equipo olímpico estadounidense y que es el primer boxeador en ganar un torneo nacional de los Golden Gloves superando todas las eliminatorias antes del límite, al fallar ampliamente en sus mayores oportunidades terminó convirtiéndose en un blanco de descarnadas críticas. A esto hay que añadir que desde sus tropiezos decisivos en el boxeo de pago no ha vuelto a afrontar combates ante rivales de relieve y que ha padecido tres parones (uno de dos años, otro de un año y medio y otro más de un año) que le han arrojado muy lejos de cualquier conversación sobre peleas destacadas; hasta ahora, cuando ha brotado de la nada para medirse a uno de los boxeadores más alabados mundialmente.
Aunque las posibilidades pudiesen ser limitadas por la falta de tiempo, lo cierto es que la mayoría piensa que Hearn ha descartado opciones viables y de mejor calidad para conformarse con un rival que no suponga un riesgo, siendo complicado encontrar un oponente que como Witherspoon tenga una combinación tan negativa de falta de regularidad combativa y de logros y que no sea considerado una piedra de toque.
El hecho es que no parece que a Usyk le vaya a suponer este combate otra cosa que no sea un revulsivo para su moral y una primera toma de contacto tibia con la nueva categoría. Y es que el veterano Witherspoon ha estado muy lejos de sus oponentes en sus mayores retos y no cuenta con una dimensión o una fortaleza superiores a las de los peso crucero más grandes rehidratados como Murat Gassiev o Michael Hunter, este último derrotado por Usyk y que ahora avanza a buen paso en el peso pesado.
Por otro lado, desde el punto de vista promocional, Usyk queda situado en una posición muy desventajosa, dado que si gana con sencillez se confirmará que Witherspoon, como parecía, no estaba ni remotamente a su altura, mientras que si el no favorito da una mayúscula sorpresa ofreciendo una actuación extraordinaria y generando dificultades, el ucraniano tendrá quizás la peor carta de presentación posible en el peso pesado.
Sin haber nada especialmente destacable en el boxeo de Witherspoon, que no ha mostrado tener un gran fondo físico y que parece contar con un limitado aguante al castigo, y llegando además de haber disputado sólo dos asaltos en el último año y medio (ante un Santander Silgado que pese a su mal momento le alcanzó con claridad), poco se espera de este enfrentamiento.
Quizás, si hace la mejor pelea de su carrera y usa su rápido jab, posiblemente su mejor puño, Witherspoon podría abrir algún hueco y esperar encontrar alguna mano de poder aislada ante un Usyk que debería estar totalmente desconcentrado o desbordadamente sobreconfiado para llegar a pasar apuros. Por lo demás, tanto si Usyk despliega su boxeo dinámico y traza círculos buscando precisas y rápidas combinaciones en entradas y salidas antes de centrarse en el ataque como si intenta romper la pugna pronto con sus largas series de curvos, o si meramente se centra en contragolpear, debería lograr una nítida victoria, posiblemente antes del límite, como reflejan las casas de apuestas que, además de pagar la máxima diferencia (1,01 € Usyk por 17 € Witherspoon) no permiten apostar por el triunfo por nocaut del excampeón unificado.
El Usyk-Witherspoon y el mundial del semipesado Bivol-Castillo serán parte de un mismo evento que emitirá en España DAZN a partir de la 1:00 h de la madrugada del sábado al domingo.