Daniel Pi
BastionBoxeo

Con dos estadounidenses de buena técnica y precavidos frente a frente, el combate se prestaba al duelo táctico que finalmente fue, desarrollándose, por consiguiente, igualado y contendido. Tan parejo estuvo que incluso los dos boxeadores debieron recibir cuentas a pesar de que el árbitro se equivocó en ambos casos y no las realizó, aunque finalmente, como se esperaba, el monarca mundial WBO del peso superpluma Jamel Herring (21-2, 10 KO) (en la imagen) conservó su cinturón derrotando por decisión unánime de los jueces a Lamont Roach (19-1-1, 7 KO).

Las puntuaciones fueron, otra vez, inapropiadas, ya que, aunque el combate podría haber ido del lado de uno u otro, siendo justo el 115-113 de un juez, los otros dos dieron un 117-111 que no refleja lo que objetivamente sucedió sobre el cuadrilátero situado en el Chukchansi Park de Fresno (Estados Unidos).

La clave de la pugna, como cada vez que un boxeador con insuficiente ritmo y frecuencia reta a un campeón o a un púgil que combate como local, era que el aspirante Roach se olvidase de la baja cadencia de sus anteriores pugnas y saliese a por todas, precisamente lo que le demandó su esquina y lo que supuestamente habían trabajado en el gimnasio. No obstante, Roach arrancó cohibido, realizando algún buen ataque en gancho y croché pero tan aislados que no podían compensar el trabajo de un Herring que, pese a ser un contragolpeador nato, lanzó combos de directos al rostro para alzar la guardia de su rival y conectar ganchos zurdos enlazados al torso seguidamente.

Además de su falta de actividad, Roach se vio contragolpeado por los crochés de derecha que el zurdo Herring tan bien sabe utilizar, por lo que el monarca llevó ventaja en el primer tercio. Sin embargo, en torno a la mitad, Roach comenzó a medir mejor la distancia y a encontrar el camino para su hook de mano adelantada contra el campeón, al que engañó con amagos con su mano derecha o al que sorprendió con cambios de ritmo inesperados.

De ese modo, la ventaja entre ambos se redujo y el combate se igualó sobre el ring, momento en el que Herring sacó un croché diestro que debió tener consecuencias cruciales, ya que llevó con él a la lona a su retador. Es cierto que Roach no estaba bien colocado de piernas, pero el golpe llegó y fue el causante del desequilibrio, por lo que el árbitro se equivocó al no realizar cuenta. Este no sería el único fallo del tercer hombre Rey Danseco que, tras estar ambos boxeadores intentando romper la pugna, en el undécimo round no vio que un gancho diestro de Roach estremeció a Herring y le arrojó sobre las cuerdas, que evitaron que cayese, debiendo recibir una cuenta que no se produjo.

Pese a ello, Roach tuvo unos mejores últimos dos asaltos por lo que, sumado a su éxito de mitad de pugna, el encuentro estaba en el aire, aunque los jueces no tuvieron ni remotas dudas para otorgarle el triunfo al monarca Herring con un margen excesivo a todas luces. Los que sí tuvieron dudas fueron los comentaristas de ESPN cuando Herring afirmó que quiere medirse en unificación de coronas a Miguel Berchelt, pareciendo que las desbordantes ofensivas de un boxeador fortísimo y con mucha pegada como “El Alacrán” tarde o temprano, y aunque cayese eventualmente en las trampas del astuto estadounidense, terminarían por tener resultados vitales.

Sea como sea, y aunque tras el combate en ambos equipos había caras largas, el caso es que Herring, estando integrado en el esquema de ESPN y siendo un púgil vendible al público de su país, tiene infinidad de opciones, habiéndose arrojado los nombres de Óscar Valdez, Carl Frampton, el citado Berchelt o Shakur Stevenson como posibles oponentes, de modo que, ya sea a corto, medio o largo plazo, tiene garantizada una gran bolsa y un reto trascendental para su legado.