Daniel Pi
@BastionBoxeo
La cumbre de la división del peso pesado en 2019 parece ser capaz de sorprender por todas partes: un campeón unificado del peso pesado noqueado por primera vez por un boxeador que estaba fuera del radar y al que se volverá a medir en un país bombardeado y al borde de una guerra total; un exmonarca unificado recuperándose de uno de los peores cortes de la historia de la categoría y que parece estar centrado en todo menos en el pugilismo, participando en “pressing catch” reiteradas veces a la vez que asegura estar dispuesto a medirse a un campeón de MMA; y un boxeador que se alega que tiene más de 50 años peleando en un duelo de revancha ante un noqueador que se dedica a realizar amenazas punibles a diestro y siniestro.
Los protagonistas de este último duelo serán, respectivamente, el veterano retador cubano Luis Ortiz (31-1, 26 KO) y el campeón mundial WBC del peso pesado Deontay Wilder (41-0-1, 40 KO) que, un año y ocho meses después de su primer cruce, vuelven a verse las caras este sábado en una pelea que en Estados Unidos será emitida en PPV a un precio de 75 $ (68 euros) y que será organizada por Premier Boxing Champions pero que, increíblemente, será emitida en países como España y Alemania por el máximo competidor de los eventos de PBC, la plataforma de streaming DAZN, en la que Al Haymon tantas veces ha prohibido a sus boxeadores que combatan.
¿QUIERES VER ESTE COMBATE GRATIS EN DAZN?, PINCHA AQUÍ. TIENES UN MES DE PRUEBA GRATIS.
Ante tal torbellino de hechos sorprendentes, y dejando de lado los culebrones interminables en los que están implicados los máximos nombres de la división, lo mejor es centrarse en el aspecto deportivo del campeonato del próximo fin de semana, no estando todas las visiones de acuerdo respecto al mismo.
Por un lado la opinión mayoritaria es que si Wilder ya batió por KOT a Ortiz en el primer cruce, tras el cual el cubano ha tenido actuaciones criticadas, ahora que “King Kong” es un año mayor (recuérdese que se sospecha que Ortiz no tiene 40 años sino más de 50 por haber mentido en su edad cuando era amateur) el triunfo del estadounidense, que ha logrado derribar dos veces a Tyson Fury y vencer en un round a Dominic Breazeale en sus dos últimas peleas, será todavía más contundente. En este sentido, algunos subrayan que en su única revancha Wilder destrozó a Bermane Stiverne, aunque, eso sí, este aspirante llegaba en unas condiciones infinitamente peores a las de Ortiz.
En cualquier caso, considerándose que con su pegada descomunal y su heterodoxia Wilder sólo necesita un único segundo de los 2.160 que componen un combate a doce asaltos para hacer estallar la pugna, es difícil no verlo como claro favorito para volver a vencer.
De todos modos, contradiciendo a los que sostienen esta visión, otros opinan que realmente el Wilder-Ortiz II es una muy buena y abierta pelea, ya que el retador es el boxeador que peor se lo ha hecho pasar a “The Bronze Bomber”, dejándolo seriamente tocado y castigándolo con andanadas que le pusieron cerca de la detención. Así, y sumando a ello que Wilder siempre tiene problemas de corte táctico por su falta de conocimientos técnicos y su mala ejecución, algunos piensan que un Luis Ortiz que ha mostrado ante la prensa que está en una condición física en apariencia óptima podría la sorpresa.
Es por ello que, si bien las cuotas de apuestas están decantadas del lado de Wilder, la diferencia entre las dos opciones no es tan grande como muchos se imaginaban que sería. Al respecto se debe mencionar que los expertos en apuestas, que tienen en cuenta todos los factores, no se atreven a ser tajantes en la cuota de Ortiz teniendo en cuenta que ha dado dos veces positivo en control antidopaje (nandrolona en 2014, agentes enmascaradores en 2017) y que, sabiéndose que la reincidencia en el dopaje es altísima, ha hecho saltar las alarmas al mostrar en las últimas semanas un físico mucho más definido que en anteriores ocasiones.
El aspirante Ortiz señala que si perdió en su último combate fue porque se agotó, siendo en parte esto verdad, ya que cuando tuvo tocado a Wilder no pudo mantener en el siguiente round la presión necesaria para sentenciar la pugna, habiéndose desfondando hostigándolo. Por ello, considera que si con un mejor estado de forma posee más resistencia y algo más de velocidad podrá encontrar la forma de imponerse a un Wilder con más brechas boxísticas que virtudes. En cambio, Wilder confía en que, una vez más, su derechazo volverá a despejar el camino por mucho que este parezca intransitable.
En el primer cruce ambos boxeadores tuvieron largos periodos de cautela y no sería raro que estos volviesen a producirse. El zurdo Ortiz no quiere arremeter encontrándose un directo a la contra de un tremendo, y nada convencional, pegador y Wilder sabe que el croché de mano adelantada de su rival (que le estremeció) y sus pasos hacia la derecha pueden hacer que quede en una posición crítica. Además, un factor determinante durante la precedente pugna fue la adquisición y pérdida de la confianza y de la moral de combate, dado que ambos se mostraron poco activos hasta que lograron éxitos parciales que les llevaron a asumir más riesgos.
Aun así, sabiendo los dos que el enfrentamiento seguramente se decidirá sin recurrir al veredicto de los jueces y no olvidando que dañaron a su adversario claramente la vez anterior, tarde o temprano las ofensivas se impondrán sobre la precaución y deberíamos ver de nuevo golpes de poder trascendentales y caídas, alzándose un vencedor que se encaminará a un nuevo capítulo convulso en la división, aguardándole a Wilder en 2020 un firmado choque ante Tyson Fury, una posible designación como campeón franquicia WBC si retiene su título (Wilder dice que la rechazará si se la ofrecen) y quién sabe si la “coronación” como el primer poseedor del “título PBC”.
Como se ha dicho más arriba, en la programación de DAZN aparece el evento encabezado por el Wilder-Ortiz II, iniciándose la emisión a partir de las 3:00 h en la madrugada del sábado al domingo.
