Daniel Pi
@BastionBoxeo

La presente temporada está siendo muy interesante pero, llegados ya al último mes del año, el fin de este 2019 se precipita sobre nosotros con promesas de nuevos grandes enfrentamientos en 2020. Así, los tres mayores combates masculinos restantes que disputarán boxeadores españoles en este año se resolverán en el plazo de unos días en dos eventos separados y con tres cinturones de campeón de Europa en juego.

Centrándonos en el que cronológicamente llegará primero, el próximo sábado en el Polideportivo Vicente Trueba de Torrelavega el cántabro Sergio García (30-0, 13 KO), tres veces campeón de Europa del peso superwélter, buscará su cuarto título continental en una defensa voluntaria ante Fouad El Massoudi (17-11, 2 KO), campeón de Francia.

Recordemos que el adversario original debería haber sido otro galo, Cedric Vitu, quien declaró ante la EBU que estaba dispuesto a pelear en España el 7 de diciembre contra García a la vez que estaba en la fase final de las negociaciones para enfrentarse a Michel Soro, renunciando finalmente a la pelea europea contra el “Niño” para terminar pugnando contra su compatriota, que le propinó un severo correctivo en un giro de los acontecimientos no carente de justicia poética.

Por ello, en una decisión que no está ni mucho menos fuera de lo común (no es raro que los aspirantes oficiales renuncien súbitamente a sus oportunidades europeas, ya que no padecen un castigo que verdaderamente les frene), la EBU permitió a García que realizase una defensa voluntaria ante el retador que pudiese encontrar para mantener viva su defensa del 7 de diciembre a falta de poco más de un mes para el encuentro, aceptando la propuesta El Massoudi y recibiendo este el visto bueno por el máximo organismo europeo.

Ha sido cuestionado que la EBU aceptase como aspirante a un púgil que no aparecía en su clasificación en el momento de la designación pero, si bien esto es cierto, es también verdad que El Massoudi llega de una racha de tres victorias, posee el título de Francia y está en mejor estado que algunos de los púgiles ranqueados, que se mantienen en la lista pese a encadenar derrotas antes del límite en sus últimos combates.

Dicho esto, El Massoudi es el tipo de púgil que supone más quebraderos de cabeza que ganancias, puesto que no posee números “bonitos” en su récord con once derrotas pero en muchas ocasiones ha ofrecido un boxeo complejo de descifrar que no permite que sus rivales brillen o que incluso les hace perderse, por lo que si se le derrota solventemente parece poca gesta pero si no se consigue un triunfo contundente ante él parece que no se han cumplido las expectativas ante una supuesta víctima propiciatoria.

Y es que El Massoudi es un púgil que deja sobre el ring muchas veces acciones más que heterodoxas, incluso de cierta tosquedad, llegando en ocasiones a cruzar sus pasos, a juntar sus pies o a lanzar algunos manotazos y voleas en trayectorias nada convencionales, por lo que resulta fácil infravalorarlo. Sin embargo, a base de veteranía e instinto a veces se hace verdaderamente correoso, desplazándose por el ring con pasos laterales de forma recurrente para, de golpe, pasar a permanecer en corta tras una arremetida desordenada.

Por otro lado, en ocasiones cuando esta bajo ataque parece que se va a encerrar o incluso que va a ceder, pero es capaz de sorprender con una mano inesperada, entrar en clinch, esquivar con la cintura o hacer lo suficiente para mantener a su rival trabajando. Asimismo, como es tan imprevisible y a veces hasta caótico, sus embestidas le llevan a impactar con la cabeza, provocando con un testarazo un durísimo knockdown al invicto Patrik Szymanski del que no llegó a recuperarse y que le ayudó a El Massoudi a lograr la victoria final por KOT unos rounds más tarde.

Pese a tener una forma de combatir poco plástica, El Massoudi ha logrado cuatro victorias fuera de su país, dos de ellas ante invictos y una ante un exretador mundial como Gennady Martirosyan, quebrando su racha tras su regreso. Asimismo, ante boxeadores como el exretador mundial Kevin Bizier o el exaspirante al título de Europa Ahmed El Mousaoui cayó sólo de forma mayoritaria pese a entrar lejísimos en las apuestas. Por ello, El Massoudi, sin ser una enorme amenaza, no es el púgil contra el que se suele lucir ni el que pone las cosas fáciles.

Dado que Sergio García no es un pegador (en los últimos cuatro años sólo ha logrado dos triunfos antes del límite) y como El Massoudi es conocido por su encaje y su habilidad para sobrevivir (una única derrota por nocaut) y posee menos contundencia de golpeo aún, no sería nada raro que el combate se encaminase a las cartulinas, escenario en el que el campeón debería poder alcanzar la victoria en base a su superior constancia y mayor claridad en el golpeo, elementos que suelen ser los que mejor decantan a los jueces.

Con todo, García deberá estar atento para detener sus series sin dar lugar a los contragolpes de su rival y no bajar la guardia en corta, momentos en los que la astucia de El Massoudi más se deja notar. En cualquier caso, García debería poder abandonar el ring el sábado de nuevo con el cinturón azul en su poder, cerrando así un 2019 que le vio lograr su emblemática victoria ante Cheeseman y que dará paso a un 2020 que se dibuja crucial para su carrera.