Daniel Pi
@BastionBoxeo
Dicen que el boxeo está emplazado a encontrar nuevos escenarios en países que hasta el momento habían permanecido parcial o totalmente ajenos a este deporte. Parte de esta tendencia de buscar nuevos mercados será el campeonato mundial que sostendrán el viernes, por el vacante cinturón WBC del peso crucero, los coaspirantes Ilunga Makabu (26-2, 24 KO) y Michal Cieslak (19-0, 13 KO), si bien este enfrentamiento, pese a tener una localización exótica, se desarrollará en un país y en una ciudad en la que ya hubo un gran combate en el pasado: Kinshasa, capital de lo que en la actualidad es la República Democrática del Congo y que anteriormente fue Zaire.
Efectivamente, este es el lugar en el que se produjo en 1974 el campeonato mundial del peso pesado entre Muhammad Ali y George Foreman, el famosísimo Rumble in the Jungle organizado por Don King, precisamente quien está detrás del duelo de este viernes entre Makabu y Cieslak.
Según se afirma, King pretende volver a llevar un campeonato mundial al Congo tanto para homenajear al mítico enfrentamiento entre Ali y Foreman como para satisfacer a un Makabu que firmó un contrato con él, costando de creer por qué tomó tal decisión el púgil africano. Y es que, más allá de la mala fama de King y del supuesto maltrato dispensado a boxeadores estrella en el pasado, recientemente ha perdido subastas por pujar dinero que no poseía, ha cancelado muchas más veladas de las que ha organizado y ha dejado a algunos de sus púgiles años sin pelear, que se las ven y se las desean para huir de sus contratos a través de luchas en los tribunales.
Dicho esto, y siendo conscientes de lo que supuso el Ali-Foreman, no hace falta ser muy observador ni perspicaz para entender que el combate de esta semana nada tendrá que ver con ese precedente, ya no por el hecho de que ninguno de los dos contendientes se acercará ni siquiera al Salón de la Fama cuando sus carreras terminen, sino porque ambos no son conocidos por el gran público y tienen una mochila de reproches considerable.
Primeramente, aunque Cieslak era uno de los más insignes prospectos del peso crucero años atrás, su carrera ha quedado indeleblemente manchada por su doble positivo en control antidopaje por los esteroides anabolizantes mesterolona y oxandrolona ante Nikodem Jezewski (este también dio positivo tras la pelea, por oxandrolona y meldonio). Para quienes crean que hay redención posible para los dopados en el boxeo, quizás las victorias antes del límite que logró posteriormente Cieslak ante púgiles como Yuri Kalenga y Olanrewaju Durodola sin volver a dar positivo les sirvan para olvidar lo ocurrido, pero para los que no lo puedan olvidar, el hecho es que seguramente les resultará injusto que un par de temporadas más tarde esté disputando un mundial habiendo cumplido sólo una suspensión de diez meses.
Por su parte, Makabu es un boxeador que ha sido duramente acechado por su derrota en tres asaltos contra Tony Bellew, que se deshizo de él en la misma cantidad de rounds que del modesto BJ Flores. De todos modos, estas críticas son en buena parte injustas, dado que el congoleño derribó en el primer round a un Bellew que peleaba en casa y que estaba en una racha que sólo cortó Oleksandr Usyk. Además, Makabu viene de lograr dos victorias antes del límite en Rusia ante el noqueador Dmitry Kudryashov (eso sí, bastante venido a menos) y ante una promesa de la división como Aleksei Papin.
Sea como sea, tras un caos en forma de confirmaciones, amenazas de denuncia al WBC, aplazamientos y vueltas a confirmar por parte de Don King, se supone que el choque tendrá lugar este viernes en Kinshasa si la epidemia de sarampión local, los tumultos sangrientos contra el gobierno, las guerras de las bandas de la ciudad y la lucha contra los rebeldes de Kivu Norte lo permiten.
Como ambos boxeadores son muy agresivos, cuentan con una pegada demoledora (el porcentaje de nocauts de Cieslak no refleja la potencia brutal de su golpeo) y prefieren el combate en la media-corta, lo más probable es que el choque no consuma todos los asaltos, pareciendo que el polaco debería poder alcanzar a su rival con sus golpes de poder en directo y gancho de izquierda, mientras que el zurdo Makabu tendría que hacer lo propio con su uppercut diestro y su recto de izquierda. Así, es muy posible que el campeonato se desarrolle como una batalla de desgaste en la que la estrategia quede relegada por la eficacia salteada de los contendientes, que no pocas veces pasarán del ataque al contragolpe y a los peligrosos intercambios entre entradas en clinch.
Si no es que algún grupo audiovisual extranjero decide comprar los derechos de emisión, parece que el combate sólo podrá verse por el canal público congoleño RTNC desde las 20:00 h del viernes.