Julio González
El próximo 14 de mayo se cumplirá el 44º aniversario (1976) de un combate en la cumbre en el peso pesado español, el José Manuel Ibar «Urtain» ante Alfredo Evangelista.
Urtain era uno de los ídolos del boxeo español en la década de los años setenta, fue el sucesor de Paulino Uzcudun, que había sido el más grande pesado español de todos los tiempos. Urtain había conseguido el título europeo en tres ocasiones y había derrotado a los mejores boxeadores del continente, era para el aficionado el auténtico rey en España.
Por entonces llegó a España un joven boxeador uruguayo con gran porvenir llamado Alfredo Evangelista. Al comenzar su carrera profesional, con 20 años, disputó siete peleas con seis victorias y un combate nulo. De los siete rivales de Alfredo, dos habían derrotado a Urtain, el argentino Alberto Lowell y el italiano Bepi Ros, a los que el sudamericano venció con claridad, al primero por KO en el segundo asalto y al segundo por puntos.
El organizador de esta velada fue el promotor Sr. Puerta que tuvo un alto presupuesto de 1.500.000 pesetas, cantidad equivalente ahora a unos 200.000 euros, cuyo mayor porcentaje fue para los contendientes del combate estelar a ocho asaltos, sin título alguno en juego.
El combate se desarrolló con un Alfredo Evangelista (6-0-1, 4 KO) dominador desde el primer asalto. Solo en este round Urtain (49-9-4, 37 KO) respondió a los golpes de Alfredo, moviéndose bien a su alrededor.
En el segundo Alfredo corta la iniciativa de Urtain y con crochés y otros golpes duros frena la movilidad y desconciertan al “morrosko”.
En el tercero, Alfredo llegó a intercambiar golpes, llevándose la mejor parte, algo que extrañó mucho a los aficionados que pensaban que no era bueno para él ante un gran pegador, pero incluso al final del asalto tocó a Urtain que, cuando estaba siendo contado, oyó la campana salvadora.
En el cuarto el castigo fue tremendo, la cara de Urtain era un mapa; el árbitro paró el combate para que el médico viera el ojo derecho de Urtain que se encontraba prácticamente cerrado.
En el quinto el entrenador de Urtain, Alfonso del Río, tiró la toalla para evitar que su pupilo siguiera recibiendo castigo.
La noche del combate Urtain cumplía 33 años y su despedida del ring fue un homenaje respetuoso del público que llenaba el Palacio de los Deportes madrileño. A pesar de estar en el declive, no acabaría aquí su carrera, ya que tiempo después vencería al italiano Dante Cane en una eliminatoria y disputaría el título europeo por quinta vez en su historial, aunque con derrota por KO ante Jean Pierre Coopman, en el que sería su último combate.
Alfredo Evangelista, de 21 años, se convertía en el nuevo ídolo del boxeo español y después de esta pelea vendrían días de gloria. Encadenaría una serie de triunfos para terminar enfrentándose al mismo Muhammad Ali en 1977 en USA.