Pablo Sanz
Tras el publicitado, comentado y muy seguido combate que enfrentó a McGregor y Floyd Maywether Jr en agosto de 2017, han sido varios los peleadores de la UFC que se han interesado por hacer sus pinitos pugilísticos con alguna estrella consagrada del ring, en aras de conseguir un éxito parecido en materia económica y de publicidad.
Recordemos que las cifras de la mencionada pelea fueron de vértigo: entre la bolsa y la publicidad, se estima que el irlandés se llevó 100 millones de dólares, algo inalcanzable peleando en el octágono de la UFC (aunque, evidentemente, lejos de lo que se embolsó Money Maywether).
Entre los que han sonado los últimos meses están el mediático Jorge Masvidal, que afirmó tener ganas de “partirle la boca a Canelo”, o el más hierático (bueno, casi siempre) Khabib Nurmagomevov, que retó al propio Maywether a un insólito y estrambótico combate de 11 asaltos de boxeo y uno final de MMA.
Pero, a día de hoy, todo parece indicar que puede ser de nuevo McGregor el que se lleve el gato al agua. Y sería con otro boxeador de excepción: Manny Pacquiao.
Los rumores han ido ganando fuerza los últimos meses. Por otra parte, el hecho de que el irlandés y el filipino compartan agente, Audie Attar, facilitaría enormemente las cosas. “Pac-Man” peleó hace justo ahora un año y la bolsa que generaría el combate con la estrella de la UFC le aseguraría un retiro dorado (teniendo en cuenta todo lo que ya ha ganado durante su trayectoria) para continuar sus pinitos en la política (recordemos que ahora mismo es senador en la República de Filipinas), en la actuación o la música.
De hecho, lo que nos hace pensar que se están calentando motores es el escueto intercambio de mensajes en Twitter que se dedicaron los dos protagonistas. Pacquiao quiso felicitar al irlandés públicamente por su cumpleaños, a lo que este respondió con un críptico: “Gracias Emmanuel, 170.”
Todo parece indicar que lo de “170” se refiere a las 170 libras, la categoría en la que Conor está compitiendo en la actualidad; y que estaría animando a Pacquiao a situarse en ese peso para poder llevar a cabo el combate entre ambos.
Un combate esperado por muchos, pero esta situación también tiene sus detractores. Los más puristas del boxeo ven este evento como un show sin un claro interés pugilístico: el combate entre Maywheather y Conor sólo tuvo un color, y el irlandés no llegó a poner en aprietos al de Michigan en ningún momento. Así que, ¿por qué organizar un combate entre un boxeador con un récord de 0-1 y uno de los mejores boxeadores de la historia? ¿Qué podría aportarnos?
Tampoco creemos que el gran jefe de la UFC, Dana White vea con buenos ojos que su estrella mediática, en la que tanto ha invertido, se dedique a prodigarse en otros escenarios y deje de lado los octágonos para centrase en estos “entretenimientos”, por muchos beneficios que le reporten (de los que White no saca nada, aparentemente).
Porque es evidente que el irlandés le ha aportado mucho a la UFC, ya que ha liderado ingresos por Pay-perView y ha creado una gran expectación en sus combates que han hecho ganar público a la organización. Pero la UFC también ha hecho mucho por Conor; recordemos que su capacidad de crear un gran espectáculo, la tecnología punta para las retransmisiones, la promoción de los combates o los acuerdos con marcas de primer nivel como PokerStars ,Fox, la colaboración con Reebok, entre otras… han hecho que este luchador de origen humilde y casi desconocido diera el salto a la fama y a los focos de todo el mundo.
De momento, “The Notorious” ha dicho que se ha retirado de las MMA y se dedica a hacer comentarios sobre posibles combates de boxeo y a hacerse fotos con estrellas del mundo del ring, como ocurrió recientemente con Mike Tyson, pero no es descartable que vuelva al octágono si hay un combate lo suficientemente interesante.
Y “Pac-Man” tienen, ahora mismo un título wélter de la WBA que defender si el rival se encuentra a su nivel. ¿Será McGregor? No por nivel, pero tal vez sí por repercusión mediática y económica; aunque preferiríamos ver un combate más igualado, sinceramente.