José Manuel Moreno
El cubano Guillermo Rigondeaux retuvo sus coronas mundiales del peso supergallo de la WBA y la WBO al vencer por decisión unánime a los puntos al ghanés Joseph Agbeko. El combate se celebró en el Boardwalk Hall, de Atlantic City, Nueva Jersey (EEUU). 859 a 349 son números, quizás solo eso, pero demuestran a las claras la diferencias de intensidad y números de golpes lanzados entre el «aburrido» campeón y su «agresivo» retador. Rober Mayweather, palabras mayores en el mundo del boxeo, había mentalizado al ghanés de que saliera a presionar al cubano que se permitió el lujo de avasallar hace unos meses al filipino Nonito Donaire, pero cuando la distancia en clase es tan evidente, poco se puede hacer.
Nada menos que 144-48 son otros números que demuestran que los dos boxeadores estuvieron muy imprecisos, pero que Rigondeaux lo estuvo muchísimo menos. Los tres jueces dieron los doce asaltos a Rigondeaux (120-108). Sin comentarios. El hombre que aburre a las ovejas, según Bob Arum, suma y sigue. ¿Quién podrá parar al «Chacal»?