Lawrence Okolie (16-0, 13 KO) y Krzysztof Glowacki (31-3, 19 KO) se jugaban el vacante título mundial WBO crucero. Mejor desde un principio el británico, con buena movilidad pese a su tamaño y mayor precisión que el polaco.
La condición de zurdo de este y de diestro de Okolie hacía que el combate fuera una partida de ajedrez, juego al que se vio practicando al púgil local antes de la pelea, con un ojo en la guardia alta y otro en el juego de piernas y pie adelantado. En el sexto asalto, un portentoso uno-dos de Okolie, impactando el golpe final en pleno rostro de Glowacki sin contemplaciones, dio con el polaco en el suelo de manera aparatosa, siendo consumida la cuenta de diez por parte del árbitro.
Tremenda demostración de poder del londinense, campeón mundial tras serlo europeo, británico y de la Commonwealth. Hoy ha podido nacer una estrella que debería mirar a los otros campeones de la división para poder optimizar sus mejores años como boxeador.
En los combates previos, vencieron las féminas Ellie Scotney (2-0, 0 KO) a Mailys Gangloff (4-2, 1 KO) y Ramla Ali (2-0, 0 KO) a Bec Connolly (3-9, 0 KO).
Bradley Rea (10-0, 4 KO) aplastó en el primer asalto a Lee Cutler (7-1, 4 KO), Chris Billam-Smith (12-1, 10 KO) ganó por decisión unánime a Vasil Ducar (9-4-1, 8 KO) por un título intermedio WBA y Joe Cordina (12-0, 7 KO) se impuso por decisión mayoritaria a Faroukh Kourbanov (17-3, 3 KO).