Darío Pérez
@Ringsider2020
El antiguo púgil profesional Riddick Bowe, de 53 años, ha anunciado que volverá a ponerse los guantes para una exhibición, siguiendo los pasos de muchos de sus coetáneos en el cuadrilátero. Aún no se sabe rival, pero podría ser su viejo conocido Evander Holyfield o incluso Shaquille O’Neal.
Parece ser que la necesidad económica se esconde detrás de estos planes, ya que Bowe se declaró en bancarrota en el pasado; a ello, se añade que se le ha diagnosticado no estar en posesión de sus facultades mentales completas, algo que ya mostró cuando apuñaló a su mujer y secuestró a sus hijos con el propósito de salvar su matrimonio, lo que provocó su encierro en prisión durante varios meses.
Bowe fue uno de los mejores pesos pesados de finales de siglo, en una de las épocas doradas de la categoría con nombres como Mike Tyson o Evander Holyfield (en la foto a la izquierda junto a Bowe), pero tuvo una carrera corta, entre 1989 y 1996 (tras haber sido plata olímpica en Seúl). Hizo una vuelta al ring casi diez años después, con tres peleas de poco renombre. Se retiró con un excelente récord de 43-1, 33 KO y, hablando de su excelente trilogía contra Holyfield, demostrando mejor nivel en esos años que el de Alabama.
También tiene el privilegio de haber lucido el cinturón de campeón mundial de los pesos pesados en cada uno de los cuatro grandes organismos, algo solo igualado en la historia por Tyson Fury logrando unificar tres de ellos a la vez.
El de Brooklyn tuvo, sin embargo, varios problemas durante su carrera, aparte de los citados tras la misma. No era un púgil disciplinado en el trabajo y el entrenamiento, y se considera que desperdició el talento necesario para ser reconocido como el mejor boxeador de su época, por encima de los nombrados Tyson y Holyfield.
Tenía tendencia a ganar excesivo peso, y fueron particularmente dolorosos sus dos últimos combates en 1996 antes de dejar el boxeo durante varios años, ambos contra el polaco Andrew Golota. En los dos, Golota fue descalificado por golpes por debajo de la cintura muy repetidos, y es particularmente recordada la tangana que se organizó en el ring tras la primera de las dos contiendas. Igualmente, se le criticó que abandonase su corona mundial WBC antes que enfrentarse a Lennox Lewis, un tema muy de moda hoy en día, 25 años después de aquello. Su primera retirada, en 1996, fue para unirse a los marines, un cuerpo en el que duró tres días por el excesivo trabajo físico que le exigían sus superiores.
Tras su última pelea como profesional en 2008, en la referida vuelta al ring con tres peleas tras su retirada original, Bowe ha coqueteado con las MMA, el wrestling y diversas disciplinas de contacto, pero nunca ha materializado ninguno de los planes anunciados más allá de alguna contada aparición en kickboxing. Veremos en esta ocasión si llega a cumplir lo anunciado. Nuestro deseo es que no lo haga, con la misma vehemencia de pensar que alguien entre los organismos boxísticos debería ayudar a una de las leyendas del pugilismo en apuros económicos y apuros médicos.