Julio González
El 27 de enero de 1961, Fred Galiana afrontaba una de las peleas más importantes de su carrera. Ya había sido campeón de Europa y la pelea contra el campeón mundial del peso pluma Davey Moore, en caso de victoria, supondría disputar el título mundial que no estaba en juego. Esta pelea era una más de los combates que el norteamericano estaba realizando por Europa, en gira organizada por su manager, Willlians Ketchum.
El organizador de la velada fue el empresario taurino Martín Berrocal que comenzaba en el boxeo como promotor. El empresario estaba encantado con la velada que había organizado, pues tres días antes del combate estaba todo vendido y en las puertas del Palacio de los Deportes se puso el cartel de “No hay Billetes”, con diecisiete mil espectadores presenciaron el combate en directo. El promotor invitó a la velada a varios veteranos púgiles: Baltasar Belenguer “Sangchilli», el primer campeón del mundo español, a Paulino Uzcudun, y a Luis Romero, que subieron al ring antes de dar comienzo el combate estelar.
Davey Moore vino a Madrid, algo que suponía un acontecimiento mundial. El americano se estableció en el gimnasio de Torrejón de Ardoz donde los americanos tenían su base militar. Los entrenamientos fueron públicos, con presencia de casi seiscientas personas y prensa todos los días.
Nada más comenzar el combate, el campeón norteamericano tomó el control y aunque demostró su gran agilidad, Galiana siempre le fue al frente, y cuando terminaba el asalto, el público se puso en pie y ovacionó a los dos púgiles. En el segundo asalto, muy igualado, Galiana hace varias esquivas de las que le hicieron famoso, lo que al público entusiasmaba, pero no se vio nada más.
El tercer asalto tuvo un intercambio de golpes que levantó al público de sus asientos, y a mediados del asalto, un gancho de izquierda del campeón derriba a Galiana que escucha de rodillas los ocho segundos que le desgrana el árbitro señor Sanz. El asalto terminó con Galiana afectado por el golpe.
Nada más comenzar el cuarto asalto, hay otro intercambio de golpes tras el que se nota que Galiana sigue afectado del asalto anterior. Nada más terminar el intercambio de golpes Galiana se da la vuelta y se dirige a su rincón levantando la mano en señal de abandono.
En ese momento el público de forma muy ruidosa manifiesta el descontento con la actitud del español. Galiana pidió que se acercarse el árbitro gritando que al final del asalto anterior había sufrido una lesión en el brazo y que no podía continuar.
La desilusión de los aficionados fue manifiesta; tenían puestas muchas esperanzas en esta pelea, al considerar a Fred Galiana como el mejor boxeador español en ese momento.
La Federación española tomó la decisión de retener la bolsa de Galiana por abandono injustificado, 250.000 mil pesetas; una fortuna que no había deportista en España que cobrara tal cantidad. Aparte tomó la determinación de organizar una reunión extraordinaria para el lunes siguiente en la que se determinaría la suspensión del boxeador por un año, y retirada el título de campeón de España del peso ligero del que era en ese momento poseedor.
Días después, en la reunión de la Federación que se hizo pública y a la que asistió numeroso público, se acordó sancionar a Galiana con 200.000 pesetas, porque ya había recibido 50.000 pesetas de su bolsa que le había adelantado el promotor Martín Berrocal, y el dinero iría al Montepío de Boxeadores. No se le retiró la licencia.
La EBU anunció unos días antes que había nombrado a Galiana aspirante oficial al título europeo del peso ligero, por lo que la federación decidió no sancionarlo con la retirada de la licencia, pero si fue suspendido del título nacional.