Nos llega la triste noticia del fallecimiento del expresidente de la Federación Española de Boxeo, D. Eduardo Gallart. Desde aquí nuestro más sentido pésame a su familia y a la familia del boxeo por la muerte de este gran presidente, pero sobre todo gran aficionado, incluso después de su mandato, como nos demostró con creces a la familia ESPABOX. Aquí está el sentido homenaje de nuestro compañero Óscar Guzmán, que conoció más de cerca su labor.
Óscar Guzmán
Ha fallecido D. Eduardo Gallart Baldó en la madrugada de ayer día 7 de enero, en su queridísima Almería. Con su marcha nos deja una de las personalidades más fuertes del boxeo de todos los tiempos, que llegó a ser Presidente de la Federación Española de Boxeo entre 1985 y 1993.
D. Eduardo lideró el boxeo español en una época especialmente dura mostrando ante todo, y todos, una serie de cualidades que le hicieron único e irrepetible: una soberbia capacidad de trabajo, cruda sinceridad y una gran determinación.
Eduardo Gallart nació en 1926, nos ha dejado con 88 años, en ese espacio de tiempo destacó en numerosísimas facetas y consiguió cuantas metas se propuso. Fue armador pesquero desde 1940, Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Almería, Vicepresidente de la Federación Nacional de Cofradías, Jefe del Sindicato Provincial de la Pesca, Presidente de la Asociación Provincial de Empresarios del ramo, Fundador de la primera Organización de Productos Pesqueros de Andalucía, Concejal y Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Almería y en el mundo deportivo: practicó el baloncesto en su juventud y fue Delegado Provincial de la Federación Andaluza de Fútbol, Presidente de la Federación Almeriense de Boxeo, Vocal del Pleno en el Comité Olímpico Español y finalmente Presidente de la Federación Española de Boxeo.
El gran logro del boxeo español durante su mandato fue la medalla de plata conseguida por Faustino Reyes en Barcelona’92 y un aumento de la competición en unos momentos de fuerte retroceso del boxeo nacional, impulsando la Liga Nacional de Clubes y supervisando personalmente hasta el último combate de dicha liga. Su implicación personal era tal, que no dudaba en llamar directamente a cualquier entrenador si faltaba un boxeador para cuadrar una velada y me refiero a boxeadores amateur.
Viajero infatigable, a pesar de su generosa humanidad, que ya en sus tiempos de presidente ayudaba en sus desplazamientos con un bastón y aunque mostraba incipientes problemas de movilidad, era frecuente verle en infinidad de veladas amateur en todo el territorio nacional. D. Eduardo no poseía pereza alguna para el boxeo y era un incansable buscador de información, que manejaba con gran diligencia. Gustaba de estar informado de todo cuanto acontecía en el panorama pugilístico nacional inmediatamente, hasta el punto de sorprender telefónicamente, bien temprano, en casa, a entrenadores, árbitros, federativos… en muchos casos somnolientos por haber acabado tarde en una velada… para informarse puntualmente y desde diferentes puntos de vista de cualquier resultado o de cualquier acontecimiento, por muy irrelevante que pareciese.
Ningún detalle escapaba a D.Eduardo en su defensa de nuestro boxeo hasta el punto de mantener una fuerte y abierta polémica con Luis Solana, por sus políticas al frente de RTVE en contra de la difusión de nuestro deporte, al que volvió a defenestrar del ente público tras haber vuelto a las pantallas con su antecesora Pilar Miró.
También fue elogiosa su manera de dirigir desde Ferraz, dónde lejos de emprender revolucionarias medidas de cambio en las estructuras, supo tener mano izquierda y realizarlas con gran inteligencia y prudencia. Mantuvo buena relación con anteriores presidentes de la F.E.B como fueron el Dr.Massa Zamora, el Dr. Gil Navarro o D. José María Sainz Huerta. Igualmente mantuvo durante todo su mandato como Secretario General a Rubén Martínez, hombre de gran valía y profundo conocimiento del boxeo, que fue su sucesor.
Mantengo un recuerdo entrañable de D.Eduardo y de su gran humanidad. Aparentemente pudo parecer un hombre de un trato un tanto áspero y muy directo, cuando realmente lo que tenía era un gran conocimiento, muchísimas experiencias vitales, un gran sentido de la justicia, una gran bondad y un amor infinito al boxeo, al que dio todo lo que pudo y supo.
Recuerdo su cercanía a todos los chavales del equipo nacional, daba una voz a cualquiera de nosotros y acudíamos veloces a su lado, a veces era suficiente una mirada y un amago de bastonazo en el suelo. Siempre se interesaba personalmente por nuestras actuaciones… Y por nosotros. Hace escasos días observaba una fotografía de D.Eduardo con José Ortega Chumilla y me vino el recuerdo de una conversación que mantuvo con Chumilla en mi presencia, en la que le habló de que en la vida daba tiempo para todo, que él había tenido tiempo para todo, para hacer deporte, para estudiar, para casarse y tener hijos… Que en la vida da tiempo para hacer muchas cosas, hay muchas etapas… No se a colación del porqué de aquellas palabras, solo se que a mi no se me han olvidado, y que él ha sido todo un ejemplo de ello.
En los últimos tiempos D.Eduardo estaba delicado de salud, de tarde en tarde le llamaba por teléfono… Siempre estaba disponible y para mi sorpresa seguía muy informado de todo el boxeo actual, nunca abandonó la pasión por nuestro deporte.
Siempre será un ejemplo para mi, por lo mucho bueno que atesoraba y por su eterno compromiso con el boxeo. Descanse en paz.