El malagueño Samuel Molina perdió el sábado en Hamburgo ante el bronce olímpico Artem Harutyunyan, en un combate que estaba ganando.
Una mano suelta noqueó a Molina y sorprendió a los aficionados.
Samuel Molina ya está en España y con la moral muy alta: «Siento rabia e impotencia. El combate era mío. Pero, bueno, hay que aprender, me animaron mucho allí y me dijeron que fue un golpe de suerte».
Quiere mejorar con los errores: «Iba a noquearle, sabía que le iba a ganar, pero me confié, me sacó una mano por fuera y me fui a la lona. No fue una mano fuerte, pero sí bien colocada».
Tuvo la victoria en la mano: «Sabía que estaba tocado y me fui a noquearle, pero me cansé algo del ritmo que le impuse y fue cuando me cazó».
Y ahora Molina piensa en el futuro: «Creía que ya no me iban a querer en el equipo de Frank Warren por la derrota, pero al contrario, me dieron la enhorabuena allí todo el mundo. Salgo con la cabeza muy alta y en noviembre volveré a subir al ring».
Mucha suerte para Molina.