José Manuel Moreno
@josemorenoco
No hay mal que por bien no venga. La retirada del campeón del mundo del peso pesado del WBC el ucraniano Vitali Klitschko y la consiguiente vacante en el trono universal, va a propiciar un camino más que interesante en los próximos meses, que vendrá a revitalizar una división que estaba realmente moribunda en los últimos años. Para abrir boca, el próximo 10 de mayo cruzarán sus guantes en combate de revancha Bermane Stiverne (23-1-1, 20KO) con el estadounidense Chris Arreola (36-3, 31KO) después del primer combate entre ambos en abril de 2013 en Ontario, California, ganado por el haitiano-canadiense por decisión unánime y aplastante.
Quien salga con el brazo arriba el 10 de mayo sucederá al mayor de los Klitschko y se hará con el prestigioso cinturón verde del WBC. Combate sin pronóstico porque Arreola es mucho mejor boxeador de lo que fue en aquel combate. Quien venza, se tendrá que medir en defensa obligatoria nada más y nada menos que con el «Bombardero de Bronce» Deontay Wilder (en la foto, de la guisa con la que apareció antes de aplastar a Malick Scott), 3º en el ranking del WBC y sin duda, el boxeador negro estadounidense que ha concitado más expectativas en la última década. Y por si fuera poco, y si todo sigue los cauces reglamentarios, por cierto, algo inhabitual en el proceloso mundo del boxeo, donde se mueven tantos intereses económicos, el ganador de esa pelea se tendrá que ver las caras, y ya hablaríamos de los albores de 2015, con el ganador de otra pelea con el título eliminatorio en juego entre Bryant Jennings (18-0, 10KO), 4º clasificado en el ranking y boxeador de Filadelfia, contra el cubano residente en Irlanda Mike Pérez (20-0-1, 12KO) que es el nº 5, en pelea que está a punto de cerrarse. Interesante, muy interesante, se pone la división y esto solo hablando de uno de los cuatro organismos.
Esto contrasta con la defensa que hará el nº 1 del mundo del peso completo, Wladimir Klitschko que se medirá el próximo 26 de abril a un rival tan aparentemente inferior como el australiano Alex Leapai. Sin comentarios.