Christian Teruel
@Chris_Le_Gabach

¿Cuántas veces hemos leído o escuchado el mantra de “el boxeo está muerto”? Como dice ese influencer/coach/trader/pesadilla que no hace nada más que aparecer en nuestros timelines cual Freddie en los sueños de los niños de Elm Street: papanatas. Obviamente este discurso, aparte de vacío, es completamente demencial especialmente este año. Si nos referimos al más alto nivel que es por donde suelen ir los argumentos para tal lema, lo visto hasta ahora con los Benavidez vs. Plant, Gervonta vs. Ryan García, Haney vs. Lomachenko ya lo echaría por tierra. Pero si encima añadimos lo que está por venir como Crawford vs. Spence Jr., Inoue vs. Fulton, es para que aquel que se atreva a hacer semejante afirmación sea encerrado en Alcatraz. En la actual, con sus fantasmas y sus turistas observándolo como un freak de feria.

Entre esas muestras de vida vigorosa del noble arte, se encuentra un combate entre dos de mis boxeadores favoritos a día de hoy. Tras idas y venidas durante estos meses, los campeones del peso mosca Bam Rodríguez (WBO) y Sunny Edwards (IBF) también aportarán su grano de arena al catálogo de 2023 de peleas de excelsa categoría. Quizás no suene tan rimbombante al tratarse de pesos pequeños, pero poco tienen que envidiar a los mencionados. Y es que, además de tratarse de púgiles élite, lo que hace este pleito como imprescindible es el choque de estilos en el ring… y fuera de él.

Sunny Edwards es el descaro y la poca vergüenza personificada en el aspecto profesional y en su vida pública. En este último caso, destaca su comportamiento en redes sociales, donde no le duelen prendas en meterse en jardines retando a otros campeones, replicando a todo tuitero que ose a interaccionar con él, invitando a trols a hacer sparring y a Claressa Shields una cita. Esta forma de obrar la traslada al ring, donde no tiene reparos en desoír las críticas que lo acusan de no fajarse y de ser demasiado esquivo. Sin embargo, esto no sólo hace que gane de manera sobrada la mayoría de las veces, sino que además las formas son en realidad geniales. Porque en realidad, a lo dicho, hay que tener en cuenta la precisión de los golpes, las exquisitas contras, el repertorio de acciones defensivas como las fintas, pasos laterales y uso del ring que serían angustia para el mejor francotirador atiborrado de Diazepan. Incluso ha demostrado resistencia las pocas veces que le ha tocado recibir. Su falta de pegada y acción más su forma de ser le han granjeado muchos detractores, lo que también habla muy bien de su personalidad, al no cambiar un estilo que le funciona en ambos campos.

Bam Rodríguez, por su parte, es una especie de contraposición de Edwards. Un joven introvertido que apenas comparte fotos de los cafés que se toma o de sus perrillos. Un asesino silencioso que es más de hacer que de decir. Ese amigo que no dice “a ver si quedamos y tomamos algo”, sino que se presenta directamente sin avisar en tu casa con el coche a llevarte a cenar. De la misma manera que hizo contra Carlos Cuadras, presentándose como sustituto de Sor Rungvisai, ganando y convirtiéndose en el campeón mundial más joven del momento. Y dentro de las 16 cuerdas, es Orlando Cañizales sin bigote y con pintas de miembro de la generación Z. A saber: moviéndose, buscando y encontrando ángulos imposibles, pegada respetable y combinaciones rápidas y precisas que hacen que sus rivales sólo tengan tiempo de pensar nada más que en cómo es posible que le duelan tantas partes del cuerpo a la vez. Si bien ha demostrado tener fallos defensivos que le costaron una rotura de mandíbula en su último combate (lo que también muestra que sabe sufrir y aguantar golpes) su juventud hace todavía tenga margen de mejora.

Cuando los dos se encuentren en el cuadrilátero, va a ser un autentico 50/50. Puede que varíe (muy poco) dependiendo de la sede, desconocida en el momento que escribo estas líneas. Porque, a pesar de sus tremendas habilidades, Rodríguez y Edwards no se han enfrentado a nada parecido. ¿Será el tejano capaz de poder atrapar al escurridizo inglés? ¿Podrá Sunny contrarrestar la rapidez, presión y omnipresencia de Bam? ¿Harán mella las provocaciones de Edwards en Jesse o, por el contrario, supondrán un extra de motivación? Los estilos hacen las peleas y en el caso que nos ocupa, la tesis y la antítesis nos va a dar una inmejorable síntesis.