Ramírez-Espinoza

Darío Pérez
@ringsider2020

El cubano Robeisy Ramírez (13-2, 8 KO), contra todo pronóstico, ha cedido su título mundial WBO del peso pluma. Ha ocurrido en el duelo principal de una velada que Top Rank organizaba en Pembroke Pines (Estados Unidos), área de Miami.

Podríamos estar en el combate del año, casi sin ninguna duda en lo que pleitos mundialistas se refiere. El nuevo campeón es el mexicano Rafael Espinoza (22-0, 18 KO), mexicano que sigue la senda de Mauricio Lara y tantos otros que, sin gran nombre internacional, hacen saltar la banca y despojan inesperadamente a estrellas de sus fajas.

Podríamos resumir, grosso modo, que se hizo el combate que el aspirante requería para ganar. Rara vez se equivocan Ismael Salas y alguno de sus pupilos en la táctica, pero anoche ocurrió. Probablemente, el hecho emotivo de que Robeisy Ramírez pelease por primera vez en esa zona de Miami, de Florida, cuna de la mayoría de expatriados cubanos en ese concepto tan profundo de patria le jugase una mala pasada. Quiso agradar, tuvo la voluntad de darles un gran espectáculo en un loable propósito, mas este es un deporte, diremos por enésima vez, más de inteligentes que de brutos (entiéndase, no hemos calificado a Espinoza, sino la forma cerebral de comportarse sobre la tarima de la que anoche El Tren careció). Y caer en una guerra de liarse a palos con un rival azteca no suele ser buen compañero de viaje.

El plan del retador era claro: tiraremos manos desde la primera campana a la última, aprovechando la ventaja de envergadura y un ring que, desde la emisión televisiva a la que acudimos por el apagón de Top Rank en España, parecía demasiado pequeño, algo que perjudicaba claramente a la estrella de la compañía. Espinoza parecía más entonado que Ramírez en esos primeros asaltos, por volumen de golpes y por no saber el aún campeón descifrar qué contienda le convenía. Finalmente, el mexicano cayó en el quinto tras un tremendo croché de mano derecha recibido. Tuvo muchísima suerte con el árbitro, ya que este pudo, y probablemente debió, haber parado las acciones cuando sus piernas no respondían para levantarse y se cayó contra las cuerdas, desequilibrado. El animado campeón hizo muy buenos asaltos centrales buscando repetir ese gancho de amplia trayectoria horizontal y, pese a que el réferi le perdonó una caída por contra en el sexto, casi acaba con la resistencia de Espinoza en el séptimo episodio, pero el mexicano mostró una enorme capacidad de asimilación de los golpes.

Rafael Espinoza cae contra las cuerdas (5º round)

La recuperación del aspirante hizo que todo volviera al ritmo inicial y la pelea ya fue un cara o cruz hasta el último round, a veces con golpes claramente ilegales a la cintura que obviaba el nefasto Chris Young. Lanzaba manos ya en modo piloto automático Espinoza ante un Robeisy Ramírez que pensaba que, entre los primeros asaltos perdidos y la posible caída física del rival, podría terminar venciendo por KO. Pero fue a la inversa en el duodécimo asalto, porque el cubano tuvo que acabar poniendo, exhausto, rodilla en tierra, y la campana fue música celestial para sus oídos porque el nuevo rey parecía inagotable ir a finalizar la pelea. Las puntuaciones fueron 113-113, 114-111 y 115-112, la más acertada de las tres, en favor del nuevo campeón, Rafael Espinoza, que pareció incluso lesionado de un pie en los últimos compases y no se desplazaba con la naturalidad inicial.

Además de la ya comentada actuación de Jorge Fortea, destacamos entre los preliminares que, en ocho asaltos del peso superwélter, se produjo un empate entre el argentino Francisco Verón 13-0-1, 10 KO) y el estadounidense Jahi Tucker (10-1-1, 5 KO).