Darío Pérez
@ringsider2020

En velada organizada por Boxxer y disputada en el Echo Arena de Liverpool (Reino Unido), hemos asistido a una de esas decisiones polémicas por parte de los tres jueces a pie de ring, tan habituales los últimos años en tierras británicas.

Mikaela Mayer (19-2, 5 KO) parecía imponerse a domicilio para arrebatar la corona IBF wélter a la local Natasha Jonas (15-2-1, 9 KO), pero los jueces han dado la victoria a esta última, por lo que la de Liverpool ha retenido el título mundial. Es una decisión casera, con cartulinas de 96-94 y 96-95 para la ganadora y 97-93, con la que coincidimos, para la estadounidense.

Los primeros asaltos fueron igualados, con ambas púgiles plantadas en el ring para intercambiar. Jonas, sabedora de su mayor pegada; Mayer, buscando cansar a la local para imponerse en los últimos parciales. Tras llegar ajustadas a la mitad del duelo, este se ha decantado para Mayer, mucho más fresca, contundente y precisa. En los asaltos finales, Jonas ha sido valentísima para resistir y ha tomado duros golpes de la californiana, que cerraba la pugna asestando durísimas combinaciones contra una rival refugiada en las cuerdas. Sin embargo, se llegó al final con ambas en pie y se levantó el brazo a la aún poseedora del cinturón. Tenemos la sensación de que los asaltos que gana Jonas los hace ajustadamente y Mayer se anota con mayor claridad los suyos, por lo que una revancha tendría todo el sentido, como ya se rumoreaba a los pocos minutos de sonar la última campana.

En el resto de la velada, de una calidad discreta como lo que solemos ver de esta promotora, solamente destacamos el título británico y Commonwealth supermedio, donde Zak Chelli (116-113, 116-112, 115-114) se impuso a Jack Cullen mucho más ajustadamente de lo que dictó el envite. Como en la contienda principal y en otras de la gala, se otorgaron puntuaciones de 10-10, algo que indica la falta de capacidad por parte de los oficiales para dictar justicia.