Las consecuencias de la velada de PBC este pasado sábado siguen coleando, especialmente el combate principal de la noche entre Tim Tszyu y Sebastián Fundora.
Muchos se siguen preguntando cómo pudo terminar el duelo, una auténtica sangría con el corte del campeón en el segundo asalto y la hemorragia nasal de Fundora posteriormente. La inacción del doctor ante la abundante pérdida de sangre de Tszyu, que ya comenzaba cada asalto con un chorro cayendo sobre su rostro, ha sido tan criticada como la actuación de la esquina, que para muchos debió presionar para que el duelo se detuviera antes del final del cuarto round, lo que habría llevado al nulo técnico (no contest).
Pero ahora la mayor polémica se centra en la hipotética revancha, algo que sería muy razonable por tres motivos: la reseñada sobre el sangrado abundante que condicionó el rendimiento de Tszyu, el hecho del cambio de rival pocos días antes del pleito (especialmente por la morfología y condición de zurdo de Fundora) y las ajustadas puntuaciones.
Sin embargo, la prensa mundial no se aclara sobre si se firmó cláusula de revancha, ya que los especialistas australianos afirman su existencia y las publicaciones estadounidenses la descartan tras ver el contrato del combate. Otros creen que había un pacto simplemente verbal que podría diluirse si Fundora ve opciones más lucrativas.
A este respecto, puede que ya exista una de ellas. La WBO, uno de los dos cinturones en juego, no atenderá a peticiones de su excampeón Tim Tszyu y va a pedir a Fundora defender el campeonato mundial frente a Terence Crawford, que subirá desde el peso wélter. Como último ingrediente, los agentes de Fundora comentaron que el rival más probable para su próxima aparición sobre el ring es Errol Spence Jr., que también disputaría su primera pelea como superwélter. Demasiados invitados para solo un elegido…
