Hace una semana, poco más, que Luis Alberto López cedía su título mundial pluma en versión IBF ante el aspirante Angelo Leo en Albuquerque.
Fue uno de los KO del año hasta la fecha, un croché espectacular que desconectó al Venado en una acción que muchos ya habían previsto, por las deficiencias en el repliegue de manos del mexicano. Leo, de este modo, se convertía en campeón mundial ya en dos divisiones.
Las consecuencias, sin embargo, de la pelea y el KO han sido todavía más negativas para López. López preguntaba sentado en una silla, tras el KO, que dónde se encontraban, dando muestras de la conmoción que sufría.
López fue hospitalizado tras la pelea para los exámenes rutinarios por un KO serio y ahora ha trascendido que sufre una hemorragia cerebral de la que se recupera en la propia localidad donde fue la contienda, al sur de Estados Unidos. El pronóstico de recuperación es bueno, siempre con la cautela requerida en estos casos, porque no fue un sangrado abundante; la opción más probable es que se reponga al cien por cien para realizar una vida normal e incluso volver al boxeo en un tiempo.