Monzoó-Delon

Alain Delon falleció el pasado domingo a los 88 años, pero su legado en la historia francesa será recordado en ámbitos tan diversos como el boxeo. La afición por el noble arte comenzó en la leyenda del cine francés en su juventud, en la que no desperdiciaba la ocasión de presenciar los combates cerca del ring. Cuando su fama lo elevó a icono internacional, Delon compartió conversaciones con el primer gran mito del boxeo galo, el excampeón mundial Georges Carpentier.

A inicios de los años setenta, Alain Delon dio un paso más, al aventurarse a ser el promotor de un púgil destinado a emular a Marcel Cerdán, el joven Jean-Claude Bottier. Para su nueva aventura, Delon contó con el apoyo de amigos como Jean Paul Belmondo, con el que no escatimó en gastos para llevar a Bottier a disputar la corona mundial del peso medio. Bottier perdió con Carlos Monzón el 17 de junio de 1972, pero el francés consideraba que podía derrotar al argentino. Sin dudarlo, Delon acondicionó una de sus fincas para que Bottier se preparase para la revancha, que organizó el actor el 29 de septiembre de 1973 en la icónica pista de Roland Garros. El de Santa Fe derrotó por puntos al local, pero entabló una relación de amistad con Delon que nunca se rompería.

El revés de Bottier no desanimó a Delon, que continuó organizando veladas. En 1974, el actor consiguió que Carlos Monzón regresase a Francia para vencer a José «Mantequilla» Nápoles. Las defensas del argentino se saldaban de forma exitosa, incluida la última que realizó en Mónaco ante Rodrigo Valdés, también bajo el paraguas de Delon. Su popularidad en Argentina solo fue superada por Diego Armando Maradona, y Monzón colgó los guantes sin ceder la corona sobre el ring.

Once años después de su retirada, Carlos Monzón volvió a las portadas por el asesinato de su pareja Alicia Muñiz. El exboxeador fue condenado a once años de prisión, y algunos de sus partidarios le dieron la espalda. No fue el caso de Alain Delon, que defendió públicamente a su amigo. Las declaraciones del actor fueron y son utilizadas por políticos de izquierdas, que lo acusaron de hacer apología de la violencia, una crítica enmascarada por su simpatía por el Frente Nacional.

En agosto de 1993, Alain Delon viajó a Argentina para visitar a Carlos Monzón entre rejas. «Monzón y yo venimos de abajo, los dos hemos sido muy pobres, los dos llegamos a ser estrellas. Y él siempre fue un gran amigo. Por eso estoy aquí, porque en las buenas es fácil tener compañía, pero es en los malos momentos donde se conoce a la gente”, le dijo el actor al expiloto de Fórmula 1 y gobernador de Santa Fe Carlos Alberto Reutemann. Aquel fue el único encuentro entre Delon y Monzon, ya que el púgil falleció año y medio después en un accidente de tráfico.

Con el paso del tiempo que tiñó de blanco su pelo, Delon siguió vinculado al boxeo, como comentarista de televisión. El actor fue un ferviente seguidor de otros deportes, como el fútbol, el ciclismo o la Fórmula 1, en el que apoyó a su compatriota Alain Prost. Delon mantuvo su pasión por los cuadriláteros, los cuales conoció al detalle en su etapa como promotor. El actor se interesó por trabajar con varios promotores españoles. En los setenta contrató al ferrolano José González Dopico, antes de organizar la pelea por el título de Europa del peso pesado entre otro gallego, Felipe «Pantera» Rodríguez y Lucien Rodríguez, la cual se saldó con triunfo del francés por puntos. El hombre que alcanzó la fama en Europa con la película de inspiración pugilística Rocco y sus hermanos brilló más allá de las carteleras. Diez toques de gong en su memoria.