Jai Opetaia (26-0, 20 KO) defendió con éxito el título mundial IBF del peso crucero, al derrotar por nocaut técnico en el sexto asalto a Jack Massey (22-3, 12 KO). Con los presentes en el Kingdom Arena de Riad (Arabia Saudí) comentando el careo entre Chris Eubank Jr. y Conor Benn, con Neymar de mediador, y con muchos asientos vacíos, como ya es tradición en territorio saudí, de asistentes que solo presenciarán el duelo entre Artur Beterbiev y Dmitry Bivol.
Aunque el público no estuviese pendiente de su actuación, Jai Opetaia tenía múltiples motivos para darle las gracias a Turki Alalshikh en su entrevista posterior a la pelea. El australiano ingresó otra bolsa importante por derrotar a un rival que, como estaba previsto, no estaba a la altura de su talento.
El de Sídney subió al ring con las ideas claras, las cuales reafirmó al comprobar el escaso peligro del aspirante. En un duelo entre la guardia zurda de Opetaia y la diestra de Massey, la movilidad del oceánico anuló al inglés. La mayor potencia en los golpes de Opetaia terminó por convertir en inevitable su victoria. Massey lo confió todo, sin más remedio, a una contra que solo conectó en el tercer asalto, sin que su oponente se resistiese.
La esquina de Massey lanzó la toalla durante el sexto asalto, para concluir un combate desequilibrado desde el primer momento. El triunfo de Opetaia tiene una doble lectura: el australiano no tuvo que emplearse a fondo, pero su guardia sigue siendo más que cuestionable.
Si Turki Alalshikh lo tiene a bien, Opetaia debe medir sus fuerzas con los nombres más destacados del peso pesado. Gilberto Ramírez boxeará el 16 de diciembre en Arabia Saudí ante Chris Billam-Smith. El ganador de dicho combate sería un rival a altura de un Opetaia, que a buen seguro ha acumulado más cansancio durante la preparación que en el propio combate.