Hace unas semanas, en días de tremenda vorágine de títulos mundiales en Japón, se disputaba el de WBO del peso mosca.
El duelo entre el campeón Anthony Olascuaga y el aspirante Jonathan González acababa en combate sin decisión (no contest) o nulo técnico. Tras un choque de cabezas, el médico daba el visto bueno para continuar, pero González, ya con un historial de conductas extrañas previas, decía que no podía seguir con las acciones.
Aunque se anunció el resultado (o no resultado) reseñado, ahora hemos sabido que el árbitro dijo a la mesa que era KO técnico para Olascuaga, puesto que «Bomba» González estaba en condiciones de proseguir, pero renunció a ello. Sin embargo, el supervisor de la gala le instó a cambiarlo a combate sin veredicto.
La protesta del equipo de Olascuaga, ahora con récord 8-1, 6 KO, ha dado sus frutos; se ha estimado que González, cuyo currículum profesional queda 28-4-1, 14 KO, declinó reincorporarse al duelo, pese a ser la orden del doctor. El corte era superficial, a juicio del galeno, por lo que el boricua ahora figura como derrotado por abandono (KO técnico).
