
Este jueves en Tokio se ha celebrado un evento con tres campeonatos del mundo, y la organización de la poderosa empresa Teiken Promotions, de Akihiko Honda.
El japonés Shokichi Iwata (14-2, 11 KO) abrió la velada con la primera defensa del mundial WBO minimosca. El local, aunque solo en lo geográfico, había impedido a nuestro Jairo Noriega conseguir el título hace unos meses. El retador era el puertorriqueño René Santiago (14-4, 9 KO), perteneciente al equipo de Tuto Zabala, socio del Sr. Honda e influyente persona para el organismo que aportaba el título, parece ser.
Esto podríamos pensar que fue decisivo en las cartulinas. Iwata comenzó mejor, cortando el ring a un Santiago que aportaba algún jab a la fiesta y sobre todo corría y se abrazaba. El asiático metió ritmo y dureza a sus acciones, golpeando bien al cuerpo y en ocasiones dañando al aspirante, que aportaba poco, aunque con jab y movilidad impedía que Iwata se fuera en las puntuaciones. Sin embargo, el ya excampeón se frustró al ver que su adversario no acababa de sentir sus guantes del todo y este se fue viniendo arriba, comenzando a responder a Iwata en los últimos asaltos cerrados.
Parecía que el japonés retendría el título por la superioridad en varios momentos del combate, pero hubo enorme sorpresa en las cartulinas. Y no solo porque el boricua le arrebatase el triunfo, ya que como mucho podía aspirar a un empate, sino porque dos oficiales otorgaban al visitante diez y nueve rounds a favor, algo sencillamente imposible. Las puntuaciones fueron 118-110, 117-111 y 116-112 para el nuevo campeón René Santiago, demostrando que Japón no se salva de las fechorías que seguimos viendo desgraciadamente en algunos jueces pugilísticos.