El japonés Naoya Inoue (29-0, 26 KO) no es apodado «El Monstruo» de forma casual. La perfección del japonés parece diseñada por un ordenador, pues despacha a sus rivales con gran facilidad y sin un solo aspaviento. La crítica internacional se debate entre Oleksandr Usyk y el nipón como mejores púgiles de la actualidad, pero a Inoue le ha salido un duro detractor (hater para los más jóvenes).
Eddie Hearn pidió que Naoya Inoue no sea considerado como uno de los boxeadores más brillantes porque «está evitando» a un rival. El promotor británico aseguró que Inoue no quiere enfrentarse al excampeón mundial Murodjon Akhmadaliev (13-1, 10 KO). Lo que tampoco es casualidad es que Akhmadaliev es uno de los boxeadores protegidos por la promotora de Hearn, que sabe que Inoue es el rival que mejor bolsa puede reportar al uzbeko.
El Monstruo se ha ganado el derecho a decidir su futuro, y a tenor del criterio de su equipo, siempre priorizará ampliar su palmarés a espectáculos circenses. Los designios de Inoue tampoco dependen directamente del japonés, que tiene dos compromisos ya cerrados para 2025. El primero le hará boxear en Las Vegas. Inoue no es una gran estrella en Estados Unidos, y una victoria en la ciudad del pecado puede elevarle en el país de las barras y las estrellas. Para la segunda mitad del año, Inoue se estrenará en una velada organizada por Riyadh Season. Turki Alalshikh, como buen aficionado, está entusiasmado con el japonés, al que le pagará la mayor bolsa de su carrera, la cual tiene más que merecida después de tantos años en la cima.
Ya lució el otro día una indumentaria que le une a su nuevo equipo promotor, la Riyadh Season, algo que puede darle un gran incentivo económico en sus próximos compromisos deportivos. Quien sabe si seguramente Turki Alalshikh conseguirá que Inoue deje de evitar, como dice Hearn, al gran púgil uzbeko.