Darío Pérez
@Ringsider2020
La californiana Adelaida Ruiz (9-0-1, 4 KO) está cerca de asaltar los títulos mundiales del peso supermosca. El próximo 25 de septiembre afronta con ganas la que podría ser su décima victoria como profesional contra la ex campeona mundial Nancy Franco, su mayor desafío hasta la fecha. Sin embargo, no solo es conocida por el boxeo nuestra protagonista, sino por su vida personal de superación.
-Adelaida, eres angelina y estadounidense, pero mexicana de alma, ¿verdad?
-Así es, soy mexicana, mis dos padres son de allí.
-Empiezas en el boxeo porque tu padre era entrenador, dentro de una familia donde tenías diez hermanos. ¿Cómo fue ese proceso?
-Mi padre metió a mis dos hermanos mayores en el boxeo primero, y luego se hizo entrenador. Un tiempo después, empecé a ir al gimnasio con ellos, me enamoré del boxeo y aquí estoy, la única de la familia que queda practicando este deporte.
-Sigues en el boxeo, compites y, cuando estás subiendo como la espuma en el mundo amateur, te enteras de tu primer embarazo de una manera curiosa…
-Pues estaba entrenando para los campeonatos nacionales, en un campeonato regional. Me enteré de que estaba embarazada de un modo peligroso, pero ahora con el tiempo se me hace chistoso… Yo siempre comía antes de las sesiones de sparring, porque me mareaba al ir al gimnasio si no, y me encantaban los frijoles con queso; ese día, me había comido un plato antes del guanteo, y entonces la chica me pegó en el abdomen y sentí que algo subía y bajaba, pero me pensé que eran los frijoles. Resulta que no, que era el niño que me lo había movido. Todo salió bien, gracias a Dios, pero fue algo con mucho riesgo.
-Luego, poco después, otros dos embarazos. ¿En qué cambió tu vida?
-Sí, van casi cada dos años, el niño que cumplirá quince, la niña trece y el menor de once años. Les cuidé y les cuido todavía, pero quise dedicarme exclusivamente a ellos hasta que el menor tenía cinco años y más o menos podían valerse bien y haber aprendido lo básico, según leía. Pero añoraba mucho el boxeo.
-¿Cuánto tiempo estás sin tocar un guante de boxeo o entrenar?
-Cerca de diez años, unos nueve.
-Y volviste al boxeo porque era tu gran pasión desde pequeña.
-Siempre sentía que me faltaba algo, y era el boxeo. Y yo vi que las chicas también podían ir a los Juegos Olímpicos, me puse un poco triste porque pensé que yo podía haber estado ahí, pero eso solo hizo que motivarme aún más para volver al deporte.
-Te llega el profesionalismo en 2017. Hasta la pandemia, tenías buena actividad y buenos resultados. ¿Cómo te afectó el COVID?
-Me fastidió, porque estábamos en un ritmo de tres peleas por año, y me lo cortó, como a tantos otros boxeadores que casi les ha quitado un año de pelear.
-Ahora, el 25 de septiembre, por fin llega una nueva pelea. Con tu récord de 9-0-1, 4 KO, ¿Cuándo llegará un título grande?
-Estamos esperando que todo salga bien después de este combate y ya, como dices, intentaríamos agarrar un título mundial. Tengo un gran equipo detrás que luchará por ello.
-Cuatro victorias antes del límite en nueve triunfos dentro de la categoría supermosca. Eso, sobre todo en el boxeo femenino, es dinamita. ¿Lo buscas?
-Sí, busco el noqueo, siempre planteando las peleas de manera muy inteligente, pero busco el KO, un poco dependiendo también de la rival.
-La tuya, aparte del deporte y tu vida de púgil, es una historia de ejemplo y superación para muchas mujeres. ¿Cómo es mantener sola a tres hijos y pelear? Tienes hasta dos trabajos juntos aparte del boxeo.
-Tengo una familia que mantener (ríe). Además del boxeo, tengo un trabajo a tiempo completo y luego el otro a tiempo parcial, repartiendo comidas. Es un gran esfuerzo, pero lo hago por mis hijos, ellos también me hacen salir adelante a mí.
-¿Cómo lo haces, cuántas horas tienen tus días para poder hacer todo eso?
-Muchos piensan que no saco el tiempo cada día para estar con mis niños, pero sí lo hago, por suerte, ya que además ellos me apoyan en lo que hago y comprenden la situación. Es muy difícil, pero no es imposible. Es cuestión de prioridades y establecer una rutina: Me levanto, llevo a los niños a la escuela, voy al trabajo, entreno, hago alguna hora del trabajo a tiempo parcial, vuelvo a casa y les hago la cena y ya estoy con ellos unas horas. Eso implica no tener tiempo para nada más, para hablar o quedar con amigos, andar actualizando redes sociales, etc.
-La última, combinando el boxeo con tu vida personal. Sabiendo que tres niños necesitan a su madre, ¿se pelea con un puntito de miedo? ¿O esa responsabilidad ayuda a esquivar cada golpe?
-El boxeo no es un juego, todos los que entramos al ring sabemos que arriesgamos la vida, e incluso te puedes lastimar haciendo sparring. Sí lo pienso un poco, pero por eso mismo entreno duro y cuando subo al cuadrilátero sé que he trabajado todo lo posible para correr el menor riesgo. Se me hace un poco difícil, pero por ello también me preparo mucho mentalmente para mis peleas.
-Pues mucha suerte el día 25 y que te llegue una pelea grande. En España nunca hemos podido verte por televisión, pero ojalá podamos verte algún día y, si quieres, te puedes dirigir a nuestros aficionados en la despedida. Seguiremos tu evolución en ESPABOX.
-Estoy muy agradecida a vosotros por tomaros este tiempo para conocerme un poco mejor y saludos a todos, gracias por el apoyo. Mi tatarabuelo era de España (sonrisa tímida).
La charla completa podrá verse esta noche a las 22:00 pinchando aquí.