Emilio Marquiegui
@EmilMarquiegui

Otro gran combate se celebró ayer en Riad, con el título interino WBC del peso pesado en juego, entre dos grandes del peso pesado, el chino Zhilei Zhang (27-3-1, 22 KO) y el alemán Agit Kabayel (26-0, 18 KO). Como nos había comentado Kabayel hace unos días, tenía plena confianza en la victoria y supo esperar su momento para conseguirla.

Arrancó la pelea con dominio de Zhang que tiraba con peligro su izquierda ante el germano, que buscaba acortar la distancia. Poco a poco fue lográndolo y comenzó su castigo al cuerpo, algo que tanto efecto le había dado para noquear a sus últimos imbatidos adversarios, el ruso Arslanbek Makhmudov y el cubano Frank Sánchez. El chino se dejó llevar y aceptó el intercambio en la media-corta distancia, donde Kabayel conseguía el doble objetivo de bombardear la zona abdominal de Zhang y de evitar la distancia peligrosa del asiático. Los asaltos fueron pasando al campo germano, hasta que en el quinto asalto una izquierda de Zhang mandó a la lona a Kabayel. Parecía que todo el trabajo se disolvía, pero el púgil de origen turco se recuperó y pudo llegar al sexto round, sin olvidarse de seguir su bombardeo sobre el cuerpo de Zhang.

En el sexto, unos impactos muy potentes dejaron al chino tocado y el árbitro Mark Lyson incompresiblemente se interpuso en el camino de la victoria de Kabayel, no se sabe para qué, rectificó más tarde, pero dejó recuperarse a Zhang, aunque afortunadamente Kabayel poco después pudo acabar lo que había empezado; el chino se derrumbó y escuchó la cuenta definitiva. Sonreía Kabayel cuando le habíamos bautizado como «Jack el Destripador», pero ahora ya es consciente de que sabe como nadie lo que hay que hacer para pulverizar a sus gigantes oponentes. Kabayel se ha ganado a los más grandes del peso pesado, se lo merece.