Daniel Pi
@BastionBoxeo

En una pelea sumamente desparejada e innecesaria, fruto de la corrupta configuración de las clasificaciones, el estadounidense Demetrius Andrade (26-0, 16 KO) (a la izquierda en la foto) tiró a la lona cuatro veces al modesto namibio Walter Kautondokwa (17-1, 16 KO) y lo dominó de forma total para hacerse con una amplísima victoria unánime (doble 120-104 y119-105) y con el vacante cinturón mundial WBO del peso medio, convirtiéndose en campeón en dos divisiones tras serlo en el peso superwélter.

Aunque no debió ser contabilizado como tal, y muchos creen que debería haberle costado el descuento de un punto a Andrade, el primer knockdown llegó en el asalto inicial, cuando Kautondokwa, habiendo tropezado y puesto una rodilla en la lona, recibió una izquierda.

Las cosas habían comenzado con muy mal pie para el africano y sólo empeoraron, llegando la segunda caída en el tercer episodio por una mano zurda de tanta contundencia que el local incluso comenzó a celebrar lo que pensaba que era su triunfo. No obstante, el aspirante se alzó, si bien en el episodio posterior cayó otras dos veces, ambas por izquierdas, siendo uno de los knockdowns también polémico, puesto que al alcanzarse de manera simultánea ambos boxeadores Andrade también tocó la lona.

A pesar de combinarse su inferioridad técnica aplastante con un mal arbitraje y una desventaja en las tarjetas brutal, Kautondokwa continuó presionando e intentando llegar con sus manos, pero el enfrentamiento no dio más de sí que monótonos asaltos en los que Andrade realizó plásticas esquivas, corrió el ring y anotó claros uno-dos y variadas series arriba y abajo ante un retador que lanzaba golpes previsibles, toscos y lentos.

Esta coronación tiene un valor más que relativo por haberse producido ante un boxeador que no debería estar clasificado en el top 15, muchísimo menos en el top 3. De todas maneras, con la posesión del cinturón WBO del peso medio Andrade se sitúa al alcance de mayúsculas bolsas y de algunos de los nombres más grandes del boxeo. Y es que se habla de que podría medirse el año que viene a Canelo, a Jacobs en una esperadísima unificación en Estados Unidos (si éste se corona ante Derevyanchenko) o incluso podría terminar por enfrentarse a Golovkin si éste firma con DAZN, teniendo en el menor de los casos asegurada una pelea ante el desposeído Billy Joe Saunders, de modo que para Andrade se perfilan las peleas que todo púgil desearía para tener la oportunidad de intentar pasar a la historia de una categoría.