Darío Pérez
@ringsider2020

El Centre Vidéotron de Québec (Canadá), con organización de Top Rank y Eye of the Tiger Management, nos ha ofrecido una de las primeras grandes galas del año, encabezada por tres mundiales unificados de la categoría de los semipesados.

Ejercía como campeón el ruso-canadiense Artur Beterbiev (20-0, 20 KO) con sus fajas que le acreditaban monarca IBF-WBC-WBO. Las defendía ante el aspirante oficial del Consejo, el británico Callum «Mundo» Smith (29-2, 21 KO), que poco pudo hacer para frenar al vendaval local.

Fue una pelea bastante lineal en el sentido de que parecía un juego del gato y el ratón. Smith intentaba moverse como le decían en la esquina, no dejar quieto en ningún momento ni el rostro ni el cuerpo para evitar ser un blanco fácil. Beterbiev, por su parte, iba a su ritmo, más diésel que un motor explosivo, buscando talar al contrincante, metiendo sus manos metódicamente, pero sin perdonar una.

Ya tras el tercer round mostraba el británico cierta inflamación en el rostro, pero el ruso aún no había subido la marcha. Constante, fue inexorablemente castigando a Mundo dejando patente que el duelo estaba muy desequilibrado en términos de pegada: el jab más simple de Beterbiev dolía mucho más que un golpe de poder de Smith pleno de determinación.

Lo que debía pasar, pasó. En el séptimo round, un impacto a la contra de Beterbiev desarbolaba al foráneo, por lo que ahí se acabó todo. Un depredador no perdona, y olió sangre el noqueador para incidir en Callum Smith, refugiado en las cuerdas hasta caer a la lona. Se levantó mal el británico, fue nuevamente torpedeado y no quiso su equipo, con buen criterio, que Beterbiev pusiera en peligro la salud, más allá de lo deportivo, pensamos que con buen criterio.

Parece ser que Dmitry Bivol ya espera a un Artur Beterbiev que, a sus casi 39 años, sigue siendo la trituradora de siempre. Hasta ahora, nadie le ha resistido. ¿Pondrá Bivol el cascabel al gato o pasará a engrosar la lista de víctimas del Rey Arturo? Esperemos saberlo en breve.