En las últimas semanas se han intensificado las voces acerca de un problema que acompaña al boxeo desde hace años: el dopaje. La Asociación Voluntaria Antidopaje (VADA) ha salido al pasado de los recientes comentarios de varios boxeadores.

Según la VADA, el número de controles en cada pelea dependen del gasto que realicen promotores y organismos en este aspecto. En muchos casos, para cumplir con el reglamento, los controles se reducen a solo uno por combate.

Al mismo tiempo, la VADA ha recalcado que el WBC es el único organismo que financia un programa de controles aleatorios a los boxeadores que están clasificados en sus listas. El resto de organismos deberían seguir el ejemplo de Mauricio Sulaiman en este apartado, en lugar de destinar las altas tasas que perciben en cuestiones de menor interés. Sin embargo, el WBC ha restado rigurosidad a una de sus mejores iniciativas, al exculpar a púgiles que han dado positivo.

Con la información aportada por la VADA, los aficionados, y sobre todo las televisiones (o Riyadh Season) que son quienes financian las grandes peleas, deben exigir que se aumenten los controles.

Que el WBC sea el único organismo con un programa continuado explica que varios púgiles que han percibido bolsas millonarias recientemente hayan optado por disputar títulos avalados por otras entidades. Es por ello que hay que tomar conciencia del peligro que de por sí ya pueda tener el boxeo para multiplicarlo por el consumo de sustancias que aumenten la probabilidad de que haya accidentes en el ring.

En el boxeo aun no se ha tomado seriamente el problema y las sanciones por doping son muchas veces inexistentes o de risa. En España también han existido problemas al respecto, pero está regulado que los controles antidopaje sean constantes y obligatorios en los combates con título en juego.