Daniel Pi
@BastionBoxeo

En teoría, la absurda defensa voluntaria permitida al monarca mundial WBC del peso superpluma Miguel Berchelt (33-1, 29 KO) ante Maxwell Awuku, combate realizado el pasado febrero en el que el monarca pasó por encima del modesto boxeador ghanés, era un trámite antes de la defensa obligatoria ante el durísimo Miguel “Mickey” Román, al que debería estar enfrentándose en estas fechas. No obstante, el plan previsto ha sido modificado, como tantas otras veces, para permitir una nueva puesta en juego opcional de Berchelt que, si bien este sábado no tendrá en frente un reto tan sencillo como el precedente, partirá como aplastante favorito para lograr una contundente victoria, alcanzándose en las apuestas la cifra mínima de un céntimo por el triunfo del “Alacrán”.

Su rival en esta tercera defensa de su reinado, que se producirá en el Polifórum Zamná de Mérida (México), será el argentino Jonathan Barros (41-5-1, 22 KO), un boxeador veterano y que sabe lo que es enfrentarse a la cumbre de la división pero que en los duelos que marcaban la frontera con el estrellato no logró salir con el brazo en alto. Aun así, más allá de la experiencia y el rodaje que le dará a Berchelt un combate contra un exretador mundial con 287 rounds disputados, la elección de Barros tiene un evidente significado: enviar un mensaje de advertencia a Miguel Román y seguir preparando la interesantísima batalla entre mexicanos, dado que Barros logró una victoria unánime ante “Mickey” en 2011.

Mucho ha pasado desde entonces y, mientras Barros sólo lograba un par de victorias destacables y naufragaba en duelos trascendentales, Román, tras dejar atrás una crisis, ha parecido alcanzar un punto culminante en su rendimiento y ha conseguido una gran estabilidad encadenando 21 victorias en 22 combates, siendo su único tropiezo en una épica guerra ante el durísimo Takashi Miura. Por ello, el revés que el equipo de Berchelt quiere dar a Román a través de un púgil que lo derrotó, pese a que puede tener un efecto de provocación y podría impresionar a muchos observadores, cuenta con un valor real muy relativo.

Dado que después del ascenso de división de Vasyl Lomachenko el número 1 del peso superpluma ha quedado vacante, Berchelt se ha convertido para muchos en su nuevo poseedor, hegemonía que es cuestionada únicamente por Gervonta Davis, la opción de otra extensa capa de aficionados. En cualquier caso, enfrentándose uno de los dos mejores boxeadores de la categoría en la actualidad, un monarca con enormes dosis de potencia y destreza que puede estar en la cúspide de su estado de forma, a un púgil que llega de una derrota en una división inferior y casi con un año de inactividad (Barros perdió en el peso pluma ante Selby en julio de 2017), el resultado previsto es muy poco optimista para el visitante y retador.

Hay que destacar que Barros no se encuentra clasificado en el top 15 WBC del peso superpluma, ni siquiera en el top 40, aunque sí aparece en el 9º puesto del ranking del peso pluma, posición que, por otro lado, es incomprensible teniendo en cuenta que no logra un triunfo desde octubre de 2016.

En qué medida “Yoni” podrá usar su bagaje de ring, su buena mano derecha recta y su gran trabajo al torso decidirá cuánto puede ajustar el combate o quizás, mejor dicho, cuánto tiempo puede mantenerse en la pugna. Pero siendo Berchelt mucho más fuerte, más veloz, más técnico, más preciso, más efectivo con sus combinaciones de golpes de poder y poseyendo un juego de piernas superior, así como mayor resistencia física para sostener un ritmo más intenso, Barros, que casi fue batido antes del límite por un boxeador con poca pegada como el entonces peso pluma Selby, tendrá realmente complicado soportar los fortísimos golpes de uno de los más temibles noqueadores del peso superpluma.

Tanto Berchelt como Barros marcaron en la báscula el límite de la división, 59,0 kg.