Daniel Pi
@BastionBoxeo
Como se esperaba, el británico Callum Johnson (17-1, 12 KO) perdió su récord invicto a manos del temible pegador, campeón mundial IBF del peso semipesado, Artur Beterbiev (13-0, 13 KO), que mantuvo su 100% de victorias antes del límite al imponerse en el cuarto round la pasada madrugada en el Wintrust Arena de Chicago (Estados Unidos). Sin embargo, Johnson no sólo merece crédito, al igual que los adversarios anteriores del ruso, por atreverse a medirse a un boxeador que ha sido evitado con excusas de todo tipo por casi la totalidad de los top 15 IBF, sino también porque salió dispuesto a buscar el KO y consiguió tirar a la lona al temible monarca.
El retador, al que le costó casi ocho años alcanzar su primera gran pelea internacional en forma de este mundial que nadie quería aceptar, padeció un serio revés a sus aspiraciones, pero no cabe duda de que a ojos de muchos habrá salido reforzado con esta derrota en la que no pudo ser más valiente.
De hecho, Johnson salió dispuesto a presionar al noqueador, conectando en el primer round varias derechas rectas, una de las cuales, sorprendentemente, movió un tanto a Beterbiev. No obstante, los brutales ganchos al rostro del monarca pronto empezaron a dañar al aspirante que, tras volver a recuperar la posición después de quedar con el cuerpo situado entre las cuerdas, recibió un uppercut diestro brutal, cayendo a la lona.
Esto habría sido el inicio de la conclusión para muchos, pero Johnson se alzó y llegó el segundo round, en el que ambos se golpearon con potentes curvos, siendo especialmente efectivo Beterbiev. De todas maneras, al ir ambos a intentar conectar un gancho zurdo Johnson llegó antes con su golpe, tirando a su oponente a la lona. Este giro de las tornas llevó a que el retador se mostrase más agresivo en el tercer round, intentando beneficiarse de los apuros del titular, produciéndose cruces de golpes en los que finalmente Beterbiev conectó fortísimas combinaciones de ganchos y uppercuts que enrojecieron y ensangrentaron el rostro de un Johnson que, igualmente, sacó una tremenda derecha curva y siguió avanzando.
De todos modos, la tenacidad de Johnson sería su perdición, ya que en el cuarto asalto fue golpeado con notable dureza al contraataque antes de que, con Beterbiev de espaldas a las cuerdas, un croché diestro lo tumbase aparatosamente, segunda caída de la que llegó a ponerse en pie antes de que el tercer hombre detuviese el campeonato.
Habiéndose sacado de encima la defensa obligatoria, la única pelea que le ha puesto sobre un ring en casi un año, ahora se abre ante Beterbiev un periodo de defensa voluntaria con un gran interrogante encima. Si se deben creer las palabras de su promotor Yvon Michel, que ha vuelto a asegurar (como tantas otras veces durante estos dos últimos años de falta de continuidad de peleas) que le va a conseguir grandes oportunidades, quizás el futuro no parezca nada halagüeño.
Pese a esto, la irrupción de Eddie Hearn en el mercado americano, y sus pretensiones de que Beterbiev vuelva a pelear bajo su paraguas y ante las cámaras de DAZN, otorga esperanzas al ruso de que pueda tener al alcance un pequeño grupo de púgiles de la élite que intenten retarlo o unificar contra él. Aun así, el auge de las plataformas de streaming, combinado con el cierre de uno de los mayores escaparates boxísticos de la televisión convencional en Estados Unidos, ha creado un mapa tan imprevisible y difícil de leer como lleno de sorpresas, con positivas alianzas y la aparición de nuevos bandos antagonistas.